¿Pero, ahora me deja que le cuente la “mermelada de naranjas” fantástica que inventé el otro día?
Ponga en una cacerola 2 ½ tazas de pulpa de naranjas sin nada de hollejo blanco ni semillas, pero con todo su jugo más 1 taza de manzanas peladas y cortadas en cubitos y 3 tazas de agua. En cuanto la manzana se ablande, “procese” ligeramente todo y vuélvalo a la cacerola con 2 tazas de azúcar y la peladura de una naranja (bien raspadito lo blanco) cortada en finísima juliana. Último paso: revolver sobre fuego fuerte con cuchara de madera, hasta que tome el punto que usted ya sabe. ¿Qué si queda más rica que cualquier otra? “Sin humildad, ni a Dios ni a los hombres pienses agradar (Kempis). ¡Glup!
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