Este postre sin cocción me lo enseñó Roberto Sánchez (el marido de Mártyka) cuando estuve en Villa Gesell. He aquí mi “versión libre”: Lave 4 duraznos priscos, y así, sin pelarlos, córtelos por la mitad y quíteles el carozo. Entonces, colóquelos “boca arriba” en una caja de plástico de cierre hermético, rellene el hueco de cada uno con 1 cucharadita de canela y otra de azúcar, complete con vino tinto, agregue más vino tinto en el fondo de la caja, tape ¡y deje en la heladera hasta el otro día! ¿Los imagina servidos en copas, con un copete de crema? ¡Glup!
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