Con esta receta – agregándole o no más harina –
usted podrá hacer unas galletitas chatitas de limón, crocantes y diferentes; o
unas galletitas más tradicionales, pero igualmente ricas.
1)
Bata
50 gramos de manteca con ½ taza de azúcar hasta obtener una crema.
2)
Incorpórele
1 yema y siga batiendo.
3)
Agréguele
¼ de taza de harina previamente tamizada con ½ cucharadita de cremor tártaro, ¼
de cucharadita (tamaño café) de bicarbonato de sodio y un poquitito de sal.
4)
Únale
un poco de esencia de vainilla y la clara sobrante batida a punto de nieve.
Primera
versión:
1)
Separe
la mitad de esta pasta, póngala en una manga con boquilla mediana y, sobre una
placa enmantecada y enharinada haga copitos bien espaciados entre si, porque
enseguida se achatan y ensanchan con el calor.
2)
Cocínelos
en horno caliente primero y moderado después, hasta que las galletitas
(redondas y chatísimas) estén doraditas.
3)
Despéguelas
con espátula mientras están calientes y déjelas enfriar sobre una superficie
plana. Vio que crocantes quedan?
Segunda
versión:
1)
Agregue
a la otra mitad de la pasta suficiente harina como para obtener una masa tierna
(tipo masa de tarta) que se pueda estirar con el palote.
2)
Estírela
fina, recórtela de la forma que quiera (chiquitas) y adorne cada una clavándoles
½ cereza al maraschino o tiritas de cáscara de limón abrillantada, formando pétalos.
3)
Cocínelas
en horno moderado, hasta que estén sequitas y apenas doradas.
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