domingo, 19 de febrero de 2017

Palmeritas






Un clásico de la merienda, con la más exquisita masa de hojaldre

Dentro de la gastronomía hay nombres que hacen temblar las rodillas de cualquier cocinera. Uno de ellos es la palabra hojaldre. Una masa deliciosa y crujiente que al cocinarse se abre en mil hojas (bueno, ¡bah!, es una forma de decir) y que lleva una cuidadosa y paciente elaboración, donde los dobleces tienen un rol fundamental.

Y aquí los interrogantes que se plantean las cocineras noveles: ¿Cómo se dobla en dos, en tres o en cuatro? ¿Cuántos grados hay que girar la masa después de cada doblez? Afortunadamente, en muchas casas de pasta o panaderías de confianza venden las planchas de hojaldre ya hecho. ¡Albricias! Que no se entere Antoine Carême, célebre cocinero francés. Su vocación por la cocina fue muy precoz. A los 17 años ya sorprendía por su fama de eximio repostero. Llegó a ser jefe de las cocinas de Talleyrand, de Jorge IV de Inglaterra, del emperador de Rusia y de otros personajes famosísimos.
A él se le atribuye la creación de la patê feuilleteé (masa de hojaldre), aunque los españoles insisten en que ya existía desde el año 1611 en su cocina. Lo cierto es que hoy nos animaremos a trabajar la dichosa masa. “Echate a volar y tendrás alas” (Richard Bach).

Palmeritas de hojaldre

1. La preparación

Compre una plancha de hojaldre (o decídase a hacerlo). Espolvoree la mesa con azúcar molida.

2. La masa

Estire la masa sobre el azúcar, dándole forma rectangular. Espolvoree la superficie con azúcar. Enróllela a partir de los dos extremos largos opuestos, para formar dos rollitos que se unan en el centro.

3. El corte y la cocción


Corte el “arrollado” en tajadas de 1 centímetro. Acomode las palmeritas sobre placas enmantecadas y cocine en horno caliente hasta que el hojaldre se abra. Delas vuelta y deje que se caramelicen del otro lado.


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