Déjeme que le haga estallar en su cocina
un pastel de pescado delicioso para sus próximos menús de vigilia. ¿Lista?
Mezcle a 1 kilo (o menos) de puré de papas: 3 yemas, ½ taza de queso rallado, sal,
pimienta y 3 claras batidas a nieve. Vuélquelo en un molde enmantecado y
enharinado y, con el revés de una cuchara, fórrelo, estirándolo como si fuera
masa, tratando de dejarlo de un mismo espesor. Entonces rellénelo con partes
iguales de pescado hervido desmenuzado y salsa portuguesa, todo bien condimentado,
y hornéelo a fuego moderado hasta que el puré esté bien dorado. Es el momento
entonces de retirarlo del horno, dejarlo descansar 5 minutos, desmoldarlo (sí:
aunque no me lo crea, ¡no se rompe!), y servirlo acompañado con alguna salsa
cremosa. ¿Qué espera para hacerlo y reunir a toda la familia alrededor de la
mesa? “La felicidad nació gemela; debe
ser compartida”… (R.S.).
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