…pero casi siempre que necesitamos un baño
o un relleno acudimos a la clásica crema de manteca. ¿Qué tal si con los mismos
ingredientes elaboramos algo totalmente distinto en textura y sabor? Si a usted
le gustan las revoluciones sígame con alguno de los Alfilerazos de Benavente: “La única revolución posible: meter luz en
las cabezas y calor en los corazones”. Ponga a derretir 125 gramos de
chocolate rallado en 2 ó 4 cucharadas de agua hirviendo. Y mézcleselos a 180
gramos de manteca ablandada y batida. Aparte, bata a bañomaría 4 huevos enteros
y ½ taza de azúcar molida, hasta que esté todo espeso como sabayón. Utilice
para hacerlo el brazo derecho, mientras con el izquierdo recupera su
sensibilidad humana releyendo algún poema de Sixto Pondal Ríos: “Otra tarde/ Otra jornada hacia el final
del tiempo./ Ya hemos hecho otra legua irremediable./ Para construir este
momento/ ella me dio toda su pena./ Vivir es la tristeza de ir haciendo
recuerdos…”. Ponga ahora de nuevo los pies sobre la tierra y una el batido
de huevos a la mezcla de manteca, muy de a poquito. Y no haga escándalos si, en
principio, le resulta una crema rica pero sin consistencia para untar. ¿Dónde está
la fe? “La confianza en sí mismo es la
primera clave para el éxito”. (EMERSON). Estacione la crema por unas horas
en la heladera, pruébela y después respóndame si le gusta, poniéndose una mano
sobre el corazón. ¿O no?... “Nunca
encontré quien me amase lo suficiente para degradarme diciéndome la verdad”.
(FENELON).
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