lunes, 13 de mayo de 2013

Colaciones tucumanas





De ella aprendí a hacer las famosas “colaciones” (tabletas untadas con dulce de leche y bañadas con azucarado) que nunca me atreví a darle, pues sólo me gusta beber en fuentes autenticas. ¡Al fin! Ponga en la batidora (o bata a pulmón) 4 yemas y 2 huevos enteros hasta que espesen como sabayón.  Entonces vuelque en un bol, agrégueles 1 cucharada de aguardiente de uva y luego incorpore 300 gramos de harina común (casas más, casas menos) hasta formar un bollo que amasará enérgicamente sobre la mesa hasta domesticarlo y hacerlo lisito. Una vez lista la masa, hay que “orlarla” (estirarla ¡bah!) hasta dejarla “ni muy muy, ni tan tan” y cortarla en piezas de forma alargada (yo diría: “óvalos con cara larga”). Hecho esto, coloque las “colaciones” en una placa enmantecada y enharinada, pínchelas en el centro y cocine en horno moderado. Al cocinarse, se arquearan como suela de zapato después de una inundación: ¡excelente! Déjelas secar bien (aunque queden pálidas) y luego, una vez frías, unte la parte convexa con una capa generosa de dulce de leche de repostería (espeso) y luego báñelas con un azucarado que bien merece un párrafo aparte (si me sigue leyendo). Una vez bañadas, déjelas secar al aire libre y, cuando convide haga creer a todo el mundo que viajó a Tucumán. ¡GLUP!

¿Quiere tomar nota ahora de cómo se hace en Tucumán el famoso “baño azucarado” para las “colaciones”? Ponga en un bol 400 gramos de azúcar impalpable tamizado y, mientras bate con cuchara de madera, agréguele de a poco el agua hirviendo necesaria como para obtener una pastita opaca que corra por sí sola. PERO AQUÍ ESTA EL SECRETO!… Una vez a punto, mezcle al baño: ¡una clara batida a nieve! ¡Claro que se lo puede contar a todo el barrio!



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