jueves, 22 de junio de 2017

El "fast-food" de las abuelas






Las omelettes, casi siempre olvidadas, son un excelente recurso para estar poco tiempo en la cocina, resolver con dignidad las especialidades de vigilia (los pececitos, agradecidos...) y echar a volar sin límites la imaginación. ¿Que a usted "no le salen"?... ¡Paparruchas! A partir de una buena receta básica, que no esconda secretos, cualquiera que sepa leer podrá hacer maravillas. "Ninguno es tan perfecto que alguna vez no necesite de advertencia". (Gracian) ¡Glup!

¿Por qué "omelettes" y no "tortillas"?

Pregúnteselo a los franceses... Mi respuesta es siempre la misma: para mí que un ayudante de cocina distraído se olvidó de ponerle las papas, la cebolla y el chorizo colorado a una "tortilla a la española", y el resultado fue "¡una tortilla chata, de huevo solamente!"... Luego la imaginación de un chef de 2 estrellas trató de disimular el error enrollándola y pintándola con una buena porción de mantequilla; y la imaginación de otro chef de 5 estrellas propuso otra solución: marcarla por la mitad,rellenarla, doblarla y... ¡glup! ¿Cuál será la verdad? "La verdad está hecha de muchas verdades diferentes entre sí..." (Oriana Fallaci).

¿Arrolladas o dobladas?

El tema pasa por el gusto personal de cada uno.

Enrolladas (o "arrolladas"... ¡bah!): El ingrediente que le da nombre a la omelette se mezcla con el batido de huevos. Una vez cocida al punto que se desea, se enrolla, dora, y sirve con un copo de manteca.

Rellenas: Una vez cocido el batido de huevos al punto que se desea, se marca por la mitad, se rellena, se dobla, se mantiene un poco sobre el fuego para calendar el relleno y se sirve.

Receta básica de omelette

INGREDIENTES

(para 3 ó 4 porciones)

Huevos, 6
Crema de leche (o leche), 6 cucharaditas
Sal y pimienta, a gusto
Manteca, 90 gramos


PREPARACIÓN

1. Bata los huevos con la crema (o leche) hasta que la clara no se note.
2. Sazone con sal y pimienta a gusto.
3. Derrita la manteca en una sartén hasta que tome color "avellana" (¡pero que no se le queme!).
4. Vierta de golpe el batido de huevos en la sartén.
5. Mueva constantemente la sartén sobre el fuego fuerte, mientras pincha y levanta los bordes de la omelette para que el exceso de batido escurra al fondo y se cocine en forma pareja, sin riesgo de que se queme (la omelette, se entiende...).
6. Cuando la superficie de la omelette esté húmeda a su gusto (o sea al mío...) enróllela y sirva; o márquela por la mitad, distribuya sobre una mitad el relleno elegido, dóblela y déjela unos instantes sobre el fuego más suave, para que el relleno se caliente. Deslice en fuente precalentada y sirva.





lunes, 19 de junio de 2017

Dulce de leche "Tata"



("Tata: así llamaban sus nietos a mamá. Y así he dado en bautizar yo, todas aquellas recetas que heredé de su inmenso amor por la cocina. La fórmula se la dedico hoy al hijo de Marta Milesi, poeta y amiga, que tantas veces me lo pidió... "Mejor tarde que nunca", diría Tito Livio).

INGREDIENTES


Leche, 4 litros
Azúcar, 1 kilo (en aquellos tiempos mamá usaba exclusivamente "azúcar de refinería". Ahora... ¿Mejor dejémoslo así?
Chaucha de vainilla, cortada en dos a lo largo, 1
La olla más alta que encuentre o le presten
Bicarbonato de sodio, 1 cucharadita



PREPARACIÓN

1. Ponga a hervir la leche en una cacerola. Cuélela a otra bien alta (asi eliminamos las "impurezas" pegadas en el fondo).
2. Agréguele el azúcar, la vainilla y el bicarbonato. Haga hervir. En cuanto hierva, por efecto del bicarbonato, el dulce de leche trepará desesperado por escaparse de la cacerola.
3. Deje hervir siempre el dulce sobre fuego fuerte (siempre voy en contra de la corriente...) para evitar que se le forme "nata".
4. Cuando el dulce tome color (color a dulce de leche) gracias al agregado del bicarbonato (que además se agrega para que la leche no se "corte") comprobará que empieza a "planear bajito"... Es decir: comienza a espesar, no trepa más y las burbujas se vuelven chicas y apretaditas, señal de que está casi a punto...
5. Cuando el dulce tome la consistencia de una "salsa blanca mediana" (pero con color de dulce de leche) y al revolver pueda espiarse en el fondo de la cacerola... ¡listo! Pero no se olvide de este paso:
6. Retire la cacerola del fuego y apóyela sobre un fuentón (o cosa parecida) que contenga agua fría y revuélvalo con cuchara de madera, hasta que se enfríe. Al enfriarse, espesará sin que se le forme nata y... ¡listo el dulce de leche!



NOTA: Siguiendo fielmente mis instrucciones el dulce nunca se "cortará". Pero - Dios no lo quiera - si esto ocurriera... ¿Sabe cuál es la solución? ¡Licuarlo o procesarlo! Ver para creer...


viernes, 16 de junio de 2017

Empanada gallega






Blanca Cotta presenta su empanada gallega

Arranca la Semana Santa y la cocinera propone un plato con atún para sorprender.

Cada vez que llega el otoño me invade una dulce melancolía… Y mi memoria me hace viajar a través del túnel del tiempo, y vuelvo a ser chica, voy a empezar la escuela en “Primer grado inferior”. La Escuela Normal de Quilmes de entonces tiene un edificio viejito, pero prolijamente cuidado. Nadie se atreve a hacer ni un rayón en las paredes. Hay disciplina. Hay respeto. Nadie necesita gritar para saber cómo comportarnos. Me parece ver a papá, con su sobretodo gris y abrazado a unos libros, hablando con sus alumnos en el recreo y, seguramente, sermoneándolos dulcemente.

Entiendo la congoja que sentimos cuando un maestro es víctima de la barbarie incontrolada, o cuando alguien decide irrumpir en una escuela humilde para saquearla. Pertenezco a una generación donde los problemas, si los había, se resolvían civilizadamente. ¿Podremos cambiar el presente? Escucho desde la lejanía del tiempo una frase que siempre repetía mamá: “Mientras hay vida, hay esperanza”.
Yo espero este año ver caritas de colegiales contentos yendo al colegio. Ellos son el futuro y merecen un mundo mejor. Si realmente lo viéramos así seguramente habrá triunfado la esperanza en nuestro pequeño mundo cotidiano. Y estaremos unidos para un bien común, hermanados por la búsqueda de un futuro mejor para nuestros chicos. Corro a la cocina a preparar una empanada gallega de atún para reunir a los seres queridos el domingo. A mi manera, es una forma de contribuir a la unión familiar.

Empanada gallega

Rehogue 1 cebolla en 3 cucharadas de aceite.
Súmele 1 morrón rojo asado, pelado y cortado en tiritas, 2 tomates maduros picaditos, 1 diente de ajo picado y 2 cucharaditas de pimentón.
Cuando la salsita esté espesa forre una tartera con un disco de masa, cúbralo con la salsa.
Ponga encima una lata grande de atún desmenuzado y finalmente salpique con 2 huevos duros picados.
Tape el relleno con otro disco de masa y cocine hasta dorar.



jueves, 15 de junio de 2017

Niños envueltos con champiñones



Ingredientes

Bifes finitos de ternera, 8 (sin grasa)
Manteca, 200g
Cebolla rallada, 1
Jamón cocido, 8 tajadas
Champiñones al natural, 1 lata o frasco grande
Perejil picado, 1 cda.
Pan lácteo, 4 tajadas
Yemas, 2
Harina, cantidad necesaria
Sal, pimienta y nuez moscada, a gusto
Aceite, 6 cdas.
Vino blanco seco, 1/2 taza
Crema de leche, 100g


Preparación



1. Condimente los bifes con sal y pimienta. Cúbralos con una tajada de jamón cocido.
2. Derrita 100 gramos de manteca y rehogue en ella la cebolla.
3. Agréguele la mitad los champiñones, escurridos y cortados en tajaditas.
4. Espolvoréelos con una cucharada de harina.
5. Incorpore el líquido de los champiñones y revuelva hasta que la mezcla hierva y espese. Retire del fuego.
6. Mézclele las tajadas de pan, remojadas en agua, exprimidas y picadas, y el perejil.
7. Ligue con las yemas y condimente con sal, pimienta y nuez moscada.
8. Distribuya el relleno sobre los bifes, arróllelos y sujete con palillos.
9. Dórelos en aceite bien caliente y deseche el aceite.
10. Ponga en la sartén la manteca restante, derrítala y agregue el vino.
11. Raspe el fondo de la sartén hasta que se forme una salsa oscurita, agregue el resto de los champiñones enteros y cocine despacito, hasta que la carne esté tierna.
12. En el momento de servir, diluya en la crema una cucharadita de harina, agréguela en la sartén y revuelva hasta que la salsa hierva y espese. Pruebe y rectifique (o no) el sazonamiento.
13. Sirva con toda la salsa, acompañando con una guarnición de papas fritas o arroz moldeado.



¡Gracias, Susana!


martes, 13 de junio de 2017

Para invitar a los amigos: ¡Paella!...





Este año - Dios mediante - me nacerá otro hijo de papel, destinado a ayudarla a planear los menúes cada vez que tenga "invitados". Pues aunque los argentinos estamos acostumbrados a comer poco y repetido... no nos engañemos: cuando invitamos a alguien a comer, siempre nos gusta echar la casa por la ventana... (¡aunque simultáneamente se nos caiga, también, el monedero al suelo!). Pero a veces hay platos - como por ejemplo la paella - que, aunque salen algo costosos, rinden muchas porciones; y satisfacen tanto... que sólo haría falta el prólogo de un consommé (usted seguramente lo debe hacer mejor que yo...) y algún heladito, para completar un "menú brillante"! ¿Se anima a "coronarlo" con unas frutillas a la pimienta? ¿¿¿Sí??? ¡¡¡Ya!!! "¡Decídete y serás libre...!" (¡o te empobrecerás de golpe!) Longfellow. ¡Glup!

INGREDIENTES

Pollo, cortado en presas chicas y sin piel, 1 grande
Sal y pimienta, a gusto
Ajo picado, 6 dientes
Cebollas, finamente picadas, 2
Morrones gordos (verdes y rojos) cortados en tiras, 4
Tomates al natural, picados y con todo su jugo, 2 latas
Azafrán, 1 cápsula (1 cucharadita tamaño café)
Pimentón, 2 cucharaditas
Arroz, 2 tazas
Caldo de verduras (o de pollo, casero), 4 tazas
Mejillones, 1/2 kilo (reserve 6 en sus medias valvas, o enteros, para decorar)
Langostinos pelados, 1/2 kilo
Langostinos enteros, 6 (para adornar la paella)
Rodajas de calamares, previamente hervidas para asegurar su ternura, 1/4 kilo
Chauchas cocidas o arvejas, 1 taza
Rodajas de longaniza previamente asada o hervida (optativo)
Aceite, cantidad necesaria



PREPARACION

1. Lave y seque las presas de pollo. Condiméntelas con sal y pimienta.
2. Vierta aceite en la "paellera" (¿se dirá así?) o la sartén más grande que encuentre en plaza, hasta cubrir el fondo en un espesor de 2 milímetros (¡qué exactitud!).
3. Cuando el aceite esté caliente, dore en él las presas de pollo y escúrralas.
4. Rehogue en el aceite donde se frió el pollo: la cebolla y los ajos picaditos (¡que no se doren!).
5. Incorpore las tiras de morrones y rehogue unos segundos.
6. Agregue los tomates, el caldo y el azafrán, el laurel y el pimentón.
7. Cuando la mezcla rompa el hervor, agregue las presas de pollo y los calamares. Deje cocinar muy despacito, hasta que el pollo esté cocido, pero jugoso.
8. Agregue el arroz y distribúyalo con un tenedor.
9. Incorpore las arvejas (o las chauchas), los mejillones cocidos (sin las valvas), y los langostinos pelados y cortados por la mitad o en trozos, si fueran muy grandes.
10. Mueva la "paellera" de vez en cuando - sin revolver - y hágala girar sobre las hornallas (omita este juego si la cocina sobre fuego de leña o carbón) para que la cocción sea pareja.
11. Cuando el arroz esté "casi" al dente, apague el fuego y cubra la superficie de la paella con los mejillones, langostinos enteros, y rodajas de longaniza que reservó para decorar.
12. Tape la paella y déjela reposar 10 minutos (o un poco más), hasta que el arroz termine de desperezarse.
13. Sirva directamente de la "paellera". ¡O que cada invitado se acerrque a ella y se sirva! (¡Aunque con tanta libertad, corremos el riesgo de no probar ni un langostino...!)




domingo, 11 de junio de 2017

Lenguado al Roquefort




Una fusión de sabores de Roquefort y limón para convertir al lenguado en plato premium.


Cuando llega el otoño algunos se ponen de mal humor porque comienzan a caer las hojas y se la pasan barriéndolas. Otros, en cambio, las juntan y obtienen el mantillo, un excelente abono.
Cambiemos el punto de vista y, por ejemplo, en lugar de asociar al limón con enfermedades otoñales como el reuma, el resfrío o el dolor de garganta, hagan como yo, que prefiero soñarlo como los descubren los poetas: “En el limón cortaron/ los cuchillos/ una pequeña catedral. El ábside escondido/ abrió a la luz los ácidos vitrales/ y en gotas resbalaron los topacios/ los altares/ la fresca arquitectura” (Neruda). Y aprovecharlo para sazonar un buen lenguado, con toques de Roquefort.



Lenguado al Roquefort

1. Sazone 6 filetes de lenguado con limón y sal.
2. Colóquelos en una fuente enmantecada, rocíelos con manteca derretida, tápelos y cocínelos en el horno 15 minutos.
3. Deshaga 150 g de queso Roquefort y mézclelo con 1 cdita. de fécula de maíz y 200 centímetros cúbicos de crema de leche.
4. Retire, vierta la crema de Roquefort, espolvoree queso rallado y gratine en el horno.
5. Decore con rodajas de limón y ¡glup!





viernes, 9 de junio de 2017

Paquetitos de berenjenas






INGREDIENTES

Berenjenas grandes, 4
Carnaza de nalga, sin grasa ni indeseables, picada, 150g
Salchichas de cerdo, 100g (la que usa para el tuco)
Queso rallado, 50g
Mortadela, 50g
Perejil, picadísimo, 1 cda.
Ajo, triturado, 1 diente gordo
Sal, pimienta y nuez moscada, a gusto
Aceite para freír y papel aluminio
Salsa de tomate aromatizada con ajo y laurel, hecha con 2 latas de tomates al natural (o su fórmula preferida)



PREPARACIÓN

1. Lave muy bien las berenjenas, quíteles el cabito y córtelas a lo largo (con un cuchillo no dentado) en tajadas lo más finas posibles.
2. Caliente el aceite y fríalas por tandas hasta que queden doradas de un solo lado. A medida que las vaya sacando, escúrralas sobre papel absorbente, sin encimar.
3. Ponga en la procesadora: la carnaza picada o cortada en cubos chiquitos (usted me entiende...), la mortadela picada gruesa, la salchicha sin la piel, el perejil y el ajo.
4. Vuelque este pasticcio en un bol y mezclele los 50 gramos de queso rallado; luego sazone con poca sal, pimienta y nuez moscada (no se le vaya la mano; recuerde que la mortadela y la salchicha ya vienen condimentadas).






5. Ahora ¡a armar los paquetitos! Distribuya sobre la mesa las tajadas de berenjenas, encimándolas de a dos, en forma de cruz.




6. Con una cuchara coloque en el centro de cada cruz un montoncito de relleno (no se exceda, para que los paquetitos cierren bien). Doble sobre el relleno los extremos de la tajada de arriba, encimándolos.




7. Cierre cada paquetito levantando los extremos de la otra tajada y sujételos en el centro con un palillo. Colóquelos en una fuente para horno, vierta sobre ellos la salsa de tomate, tape con papel de aluminio y cocínelos en horno caliente media hora.


¡Gracias, Susana!



jueves, 8 de junio de 2017

La gran comilona






Salvo que uno tenga invitados, los menues cotidianos solemos resolverlos con un sólo plato, que guste a todos, bien condimentado y abundante. Lo que diríamos... ¡menú de plato único! (Y de postre... ¡ensalada de frutas o un tecito digestivo...!) Pero... ¿qué le dije al principio? Permítame rectificarme. ¡Claro que estas comilonas también sirven para invitar a nuestros amigos íntimos! Lo importante es cómo hagamos la propuesta. Yo acostumbro a hacerla así: "Vengan a comer un guisote de invierno... o vengan a compartir un puchero de falda o lasañas rellenas... "En la cocina, también, "La política no es cuestión de principios; es cuestión de tacto"... (I. Latzarus). ¡Glup!

Lasañas rellenas

INGREDIENTES

Lasañas, 300 gramos
Margarina, 50 gramos
Cebollas picadísimas, 2
Dientes de ajo triturados, 6
Carne picada, sin nada de grasa ni indeseables, 1/2 kilo
Jamón cocido picado, 200 gramos (o lo que llaman ahora jamón cocido... ¡bah!)
Espinacas hervidas, requeteexprimidas y picadas, 2 tazas
Queso rallado, 1 taza y cantidad extra (en queso rallado siempre me gusta exagerar...)
Hongos secos, remojados en agua tibia, exprimidos y picados, 4 cucharadas
Salsa blanca "mediana", 1 taza
Puré casero de tomates, espesito y bien sazonado, 1/2 taza (si quiere cómprelo hecho... ¡bah!)
Manteca, cantidad necesaria
Sal y pimienta, a gusto
Nuez moscada rallada, 1 cucharadita (tamaño café)


PREPARACION

1. Hierva las lasañas por tandas en abundante agua con sal y un chorrito de aceite. A medida que se cocinen escúrralas y sumérjalas en otra cacerola grande que contenga agua fría, así  no se pegotean.
2. Rehogue las cebollas y el ajo en la margarina.
3. Agregue la carne picada y saltéela hasta que se note cocida.
4. Retire del fuego y agréguele el jamón cocido, la espinaca y la taza de queso rallado y los hongos.
5. Mezcle muy bien y sazone a gusto con sal, pimienta y nuez moscada.


ARMADO Y COCCION

1. Enmanteque muy bien una fuente rectangular o cuadrada que pueda ir al horno y sea presentable en la mesa y espolvoréela con queso rallado.
2. Tapice el fondo de la fuente con una doble capa de lasañas. Espolvoréelas con queso rallado.
3. Tape las lasañas con una capa del relleno preparado.
4. Tape con otra capa doble de lasañas. Espolvoree con queso.
5. Extienda sobre las lasañas otra capa de relleno; sobre el relleno otra capa de lasañas y... ¡ufa! siga así programada hasta terminar con una capa de lasañas.
6. Extienda la salsa blanca bien condimentada, sobre la superficie del "pasticcio".
7. Chorree irregularmente la salsa con el puré de tomates, espolvoree con queso rallado y gratine en horno bien caliente. Sirva directamente de la fuente, cortando en cuadrados. ¡Glup!


martes, 6 de junio de 2017

¿Cómo hacer una buena masa?






La cocinera da las claves para hacer una masa básica y crocante para rellenar. 

Gracias a todas las amigas y amigos que me desearon ¡feliz cumpleaños! Dice el poeta: “Un año más… Una esperanza menos. Y andar… andar…” ¿Cuánto habré recorrido ya de mi camino? Sabemos cuándo iniciamos el itinerario, pero… ¿hasta cuándo? No quiero oír ningún razonamiento ni respuesta. Tampoco creo en eso de que uno tiene la edad quien tiene su corazón. Si fuera por eso… yo no tendría más que 7 años y estaría saltando a la soga, o jugando a las bolitas con mi hermano Roberto. O dibujando caricaturas con mi hermano Juan Angel. O tal vez tendría un vestido de “tobralco” para dar la vuelta del perro alrededor de la plaza principal de Quilmes junto a mis amigas.
Cuando saco cuenta de los años que tengo vividos, siempre pienso lo mismo: ¡debo estar en un envase equivocado! Todavía tengo ganas de hacer cosas, de soñar con nuevos trabajos, de hacer dibujitos y ensayar recetas. Y, sobre todo, de querer a mis hijas, nietos y bisnietos como si el tiempo me hubiera atrapado en su infancia. Y de comunicarme con mis amigos y amigas invisibles a través de estas páginas. O de dialogar con mis seres queridos ausentes, ¡y no darme cuenta del tiempo transcurrido! Felizmente hay días que aterrizo, tomo conciencia y doy gracias a Dios por ayudarme a seguir mi camino sin desviarme del ideal que siempre he perseguido: vivir en familia, sin estridencias, con amor y paz. Y, ya que aterricé, lo hice en la cocina. Esta vez le voy a contar cómo se hace una masa básica crocante pero esponjosa para cocinar y rellenar con lo que se le ocurra: ¿Lemon pie?, ¿Crema y frutillas? O lo que usted decida…


Masa básica crocante

Ponga casi 1 taza de harina leudante en forma de corona. En el centro ubique 1 yema, ralladura de 1/2 limón, 3 cucharadas. de azúcar y 100 g de manteca blanda.
Aplaste con un tenedor los ingredientes del centro hasta convertirlos en pomada y una rápidamente (sin amasar) la harina, hasta obtener un bollo liso.
Enfríe la masa y luego forre una tartera, pinche la masa y cocine hasta dorar.
Rellene con crema pastelera, crema chantillí, crema de limón, mousse de chocolate… ¡o lo que prefiera!



domingo, 4 de junio de 2017

Uvas en grapa



Del arcón de los recuerdos, Blanca Cotta rescata una receta sabrosa que viene en frasco grande.

Ya pasamos la mitad de febrero de 2018 y nos parece que 2017 pasó rapidísimo, como un tren bala. Pero no es así. Lo que sucede es que nosotros debemos haber vivido con un exceso de velocidad. Y vivir apurado es peligroso: no nos da tiempo para ver abrirse una flor, alargar un diálogo, descubrir a un amigo, querer despacito… Cuando era estudiante deseaba que los meses volaran junto con los exámenes. ¿Quién no? Nuestros ojos no sabían todavía medir la importancia del tiempo. Ignorábamos que la vida no sabe retroceder. Sin embargo, yo me inventé algo para que el tiempo pase más despacito: sigo metiendo en el tren de cada año mi equipaje lleno de recuerdos.

Me detengo en una tardecita de febrero, mes en que las uvas están en su apogeo, y la veo a mamá preparando un frasco grande de uvas tipo trapiche (de las rosadas, ¡bah!) en grapa.


Seguramente, el frasco terminaría en un rincón de la alacena, oscura y fresca, donde esperaría los primeros fríos de otoño para convidar a quien llegara de visita junto a frascos y frasquitos repletos de mermeladas, dulces y licores preparados con sus propias manos. Otros tiempos, otras costumbres que, sin embargo, sería bueno repetir.

Uvas en grapa

1. Compre un kilo de uvas rosadas y separe los granos del racimo, dejándoles un trozo de cabito. Lávelas, séquelas y colóquelas en un frasco de boca ancha.
2. Aparte ponga en una cacerola media taza de azúcar y media taza de agua.
3. Revuelva con cuchara de madera hasta que el azúcar se disuelva y retire del fuego.
4. Cubra las uvas con un litro de grapa (o el aguardiente elegido), agregue el almíbar frío y la parte amarilla de una cáscara de limón.
5. Tape y guarde por un par de meses en lugar oscuro y fresco.



viernes, 2 de junio de 2017

Tarta de apio y Roquefort








  • Tarta de apio y Roquefort



1)      Haga una masa con 1 taza de harina, 1 yema, 6 cucharadas de agua fría y 100 gramos de manteca y ½ cucharadita de sal.

2)      Forre con ella una tartera enmantecada y enharinada, dejando la masa de un espesor finito y parejo. Recorte los bordes y termínelos con un repulgo de picos. Pinche enteramente la masa con un tenedor.

3)      Derrita 50 gramos de manteca y rehogue 2 cucharadas de cebolla picada.

4)      Agregue 2 tazas de blanco de apio picado grueso.

5)      Saltee hasta que el apio este tierno pero no blandito en exceso.

6)      Retire del fuego y agréguele 50 gramos de queso tipo Roquefort tamizado, 4 huevos batidos y 200 gramos de crema de leche.

7)      Pruebe y condimente a gusto con poca sal y más de pimienta.

8)      Cubra el fondo de la tarta con 150 gramos de panceta ahumada magra, frita hasta que esté crocante, bien escurrida y triturada.

9)      Vierta sobre la panceta el relleno de apio.

10)  Cocine en horno moderado hasta que la masa esté dorada y el relleno firme.







Versión 2:








Ingredientes

1 disco de masa para tarta salada (casera o comprada)
50 gramos de manteca
2 cucharadas panzonas de cebolla rallada
2 tazas de blanco de apio en fina juliana
150 g de panceta ahumada magra
50 g de queso roquefort
200 g de crema de leche
4 huevos
Sal y pimienta, a gusto


Preparación

1 - Forre con la masa una tartera algo profunda y desarmable, previamente enmantecada y enharinada. Reserve.

2 - Derrita la manteca y rehogue la cebolla. Agregue el apio y rehóguelo hasta que esté tierno pero no deshecho.

3 - Retire y mézclele el queso roquefort desmenuzado.

4 - Unale la crema de leche y ligue con los huevos previamente batidos. Pruebe y rectifique (o no) el sazonamiento con sal y pimienta. Reserve.

5 - Fría la panceta hasta que esté bien crujiente. Escúrrala sobre papel absorbente para eliminar la grasitud. Triture la panceta y cubra con ella el fondo de la tarta.

6 - Vierta sobre ella el relleno de apio y roquefort.

7 - Cocine en horno caliente hasta que la masa esté dorada y el relleno, firme. Entibie y sirva en una fuente.