Entre en la carnicería de Chiche y compré un peceto recién nacido: ¡apenas 25 cm de largo! Mis invitados tenían, en cambio (como dice un proverbio chino) “la boca ilimitada”… Entonces vino a mi memoria la salvación: cocinarlo, cortarlo en medallones y volverlos importantes preparándolos “a la villeroi”. La idea es válida, también, para cualquier trozo de carne cocida que la distracción de su marido – o de los chicos – haya dejado olvidado en la heladera.
- Medallones a la villeroi
1) Quítele a un “pecetito” el exceso de grasa (o no le saque nada y ensáñese después de cocinarlo…) y hiérvalo en abundante agua con sal, muchas verduritas y aromáticos, hasta que esté tierno. Escúrralo y enfríelo.
2) Quítele al “pecetito” la grasa, pellejos y cuantos indeseables sean “indeseables” para usted; y córtelo en rodajas de ½ ó 1 cm de ancho. ¿Vio que miserables parecen? Tenga fe y sígame… (si quiere).
- Salsa blanca pegote
1) Derrita en una cacerola 3 cucharadas de manteca (o margarina sin
colesteroles… ¡bah!) y mézclele 3 cucharadas así de barrigonas de harina.
Mezcle hasta obtener una pasta.
2) Agréguele de golpe ½ litro de leche fría y revuelva con batidor de alambre (para que no se formen grumos) hasta que la harina se disperse. Revuelva, revuelva y revuelva hasta que la salsa hierva y espese.
ARMADO Y COCCION
1) Vierta pan rallado en una asadera, a fin de cubrir bien el fondo.
2) Bañe uno por uno los medallones de peceto, FRIOS, en la salsa pegote CALIENTE. A medida que lo haga, apóyelos sobre el pan rallado (que no se toquen entre sí).
3) Vierta con 1 cucharadita el resto de salsa sobre la superficie de cada medallón, para no desperdiciar nada. Alise bien.
4) Dé vuelta cuidadosamente cada medallón con la ayuda de una espátula, a fin de adherirles pan rallado del otro lado. Déjelos enfriar muy bien.
5) Cuando los medallones estén bien fríos, bañe uno por uno en huevos batidos con un poco de leche y sazonados con sal y pimienta; a medida que lo haga, rebócelos por pan rallado nuevamente. ¿¿¿¿¿Vió como se agrandaron?????
6) Una vez apanados todos los medallones déjelos estacionar en la heladera 1 hora.
7) Caliente suficiente aceite en una sartén, hasta que llegue casi al “punto de humeo”. fría los medallones en el aceite caliente hasta dorarlos muy bien de ambos lados (antes de echarlos en la sartén, cepílleles el exceso de pan rallado que tengan en la espalda). Escúrralos sobre papel absorbente.
8) Sírvalos con verduras de la estación (distintos colores) hervidas al vapor (si se le antoja…) y pasadas por manteca.
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