San Jerónimo acostumbraba a decir: “Trabaja en algo, para que el diablo te encuentre siempre ocupado…” Por mi parte le aseguro que con esta receta estará protegida gran parte del día, y gran parte de la noche… ¡si se le ocurre tener invitados! ¿Un consejo de amiga? ¡No más de 4 a la mesa! Entonces, sí, disfrutará de los aplausos. “Todo trabajo lleva en si su merecida recompensa…” (Ch. Van Leberghe) ¡Glup!
INGREDIENTES
(para 4 porciones)
Fideos secos, gorditos y agujereados, 300 gramos
Supremas de pollo, 2
Sal, pimienta y nuez moscada
Jamón cocido, 100 gramos
Perejil picadísimo, 1 cucharadita
Cebolla picadísima, 1
Queso rallado, 3 cucharadas
Margarina o manteca, 1 cucharada y cantidad extra
Claras, 3
Salsa blanca espesa, 2 tazas (bien sazonada)
Salsa de tomates, bien sazonada, para acompañar
PREPARACION
- Ponga agua en una cacerola así de ancha (o larga), agréguele sal y un chorrito de aceite y haga hervir.
- Incorpore los fideos, de modo que formen una sola capa (o cocínelos en 2 ó 3 tandas).
- Hierva los fideos a fuego suave, hasta que estén “al dente”. Ojo: que no se le pasen pues se abrirán… ¡y chau propuesta!
- Escúrralos cuidadosamente sobre una fuente, sin encimarlos.
RELLENO
- Sazone las supremas y hiérvalas en agua con sal. Escúrralas y procéselas junto con el jamón cocido.
- Rehogue la cebolla en la cucharada de margarina (o manteca) y agréguela a la preparación anterior junto con el perejil, el queso rallado y las claras. Sazone con sal, pimienta y nuez moscada.
- Vierta la salsa blanca en una fuente para horno, profunda y chica. Deje que se enfríe y endurezca.
- Ponga el relleno en una manga con boquilla lisa mediana, rellene uno por uno los fideos (como si rellenara cubanitos con dulce de leche). A medida que los rellena, clávelos paraditos, “codo con codo” sobre la salsa. Una vez terminados, rocíelos con manteca derretida y gratine. Sirva aparte la salsa de tomates.
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