domingo, 4 de junio de 2017
Uvas en grapa
Del arcón de los recuerdos, Blanca Cotta rescata una receta sabrosa que viene en frasco grande.
Ya pasamos la mitad de febrero de 2018 y nos parece que 2017 pasó rapidísimo, como un tren bala. Pero no es así. Lo que sucede es que nosotros debemos haber vivido con un exceso de velocidad. Y vivir apurado es peligroso: no nos da tiempo para ver abrirse una flor, alargar un diálogo, descubrir a un amigo, querer despacito… Cuando era estudiante deseaba que los meses volaran junto con los exámenes. ¿Quién no? Nuestros ojos no sabían todavía medir la importancia del tiempo. Ignorábamos que la vida no sabe retroceder. Sin embargo, yo me inventé algo para que el tiempo pase más despacito: sigo metiendo en el tren de cada año mi equipaje lleno de recuerdos.
Me detengo en una tardecita de febrero, mes en que las uvas están en su apogeo, y la veo a mamá preparando un frasco grande de uvas tipo trapiche (de las rosadas, ¡bah!) en grapa.
Seguramente, el frasco terminaría en un rincón de la alacena, oscura y fresca, donde esperaría los primeros fríos de otoño para convidar a quien llegara de visita junto a frascos y frasquitos repletos de mermeladas, dulces y licores preparados con sus propias manos. Otros tiempos, otras costumbres que, sin embargo, sería bueno repetir.
Uvas en grapa
1. Compre un kilo de uvas rosadas y separe los granos del racimo, dejándoles un trozo de cabito. Lávelas, séquelas y colóquelas en un frasco de boca ancha.
2. Aparte ponga en una cacerola media taza de azúcar y media taza de agua.
3. Revuelva con cuchara de madera hasta que el azúcar se disuelva y retire del fuego.
4. Cubra las uvas con un litro de grapa (o el aguardiente elegido), agregue el almíbar frío y la parte amarilla de una cáscara de limón.
5. Tape y guarde por un par de meses en lugar oscuro y fresco.
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