Llevan azúcar negra, nueces y pedacitos de chocolate... Por fuera no dicen nada. Pero apenas uno las prueba... ¡desaparecen como por arte de magia! Además, son muy fáciles de preparar y no requieren permanecer mucho tiempo con gorro y/o delantal. Unas masitas para lucirse.
Lo que llevan
manteca blanda. 100 GRAMOS
azúcar molida. 1/2 TAZA
azúcar negra. 1/2 TAZA
huevo. 1
esencia de vainilla. 1 CUCHARADITA
harina. 1 TAZA y 2 CUCHARADAS
sal. UN POQUITITO ASI
bicarbonato de sodio. 1/2 CUCHARADITA
nueces picadas grueso. 1/2 TAZA
trocitos de chocolate. 1/2 TAZA
5 minutos. Comencemos con estas morochitas, ideales para acompañar el té, el café o para integrar la merienda de los chicos. Tamice en un bol la taza de harina junto con el poquitito así de sal y la media cucharadita de bicarbonato de sodio. Unale la media taza de nueces picadas grueso y la media taza de trocitos de chocolate. Reserve y sígame.
12 minutos. Coloque en un bol la media taza de azúcar molida y la otra media taza de azúcar negra. Mézclelas bien con la cuchara de madera. Agregue los 100 gramos de manteca blanda. Bata la manteca y las dos clases de azúcar con la cuchara... ¡hasta intentar unirlas bien! (usted me entiende...). No desespere que lo logrará. Pasemos ahora al siguiente paso.
20 minutos. Agregue al batido el huevo entero y la cucharadita de esencia de vainilla. Vuelva a batir hasta integrarlos bien. Unale al batido la harina que tamizó antes con el bicarbonato de sodio y luego mezcló con las nueces y los trocitos de chocolate. Mezcle con fuerza para distribuir bien todos los ingredientes (queda, realmente... ¡un verdadero mazacote!)
27 minutos. Enmanteque y enharine en forma pareja placas para horno. Distribuya la mezcla de morochitas sobre las fuentes, de a cucharaditas medianas, convenientemente espaciadas entre sí, porque al cocinarse adquirirán más volumen y no conviene que se peguen. No se preocupe si las masitas quedan con forma irregular: ¡lo bueno siempre corre por dentro!
47 minutos. Cocine las masitas en horno caliente hasta que se noten sequitas por fuera (y no le digo "doradas" porque de nacimiento ya son morochitas...). Retire la placa del horno y levante las galletitas con espátula con cuidado y suavidad. Notará que al enfriarse tomarán textura crujiente. Siga cocinando el resto de morochitas del mismo modo... ¡y corra a preparar el té!
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