Era una especialidad de mamá. Pero para ella no era, realmente, “yema quemada” si, al deslizarla de la sartén, no la espolvoreaba con una lluvia de grageas de colores… ¿Qué cómo es? Simplemente: una omelette cocida en almíbar en lugar de aceite, ¡y deliciosamente acaramelada!
INGREDIENTES
Azúcar, 1 taza
Agua, 1 taza
Chaucha de vainilla, 1
Yemas, 4
Huevos, 4
Manteca, cantidad necesaria
Grageas de colores, una cucharada
PREPARACION
- Ponga en una cacerola el agua, el azúcar y la chaucha de vainilla. Haga hervir hasta que tome punto de “hilo fuerte”.
- Bata las yemas con los huevos, “hasta que no se note la clara”.
- Cuando el almíbar tome el punto indicado, retire la vainilla, cierre los ojos, imagine que el almíbar es aceite… ¡y tire el batido de huevos en la sartén!
- Cocine la omelette como cualquier omelette, moviendo continuamente la sartén hasta que sospeche que la parte de abajo se está acaramelando. (Mientras se cocina, los huevos van absorbiendo el almíbar, razón por la cual este se reduce y acaramela).
- Cuando la tortilla (u omelette… ¡bah!) esté bien acaramelada de abajo, déla vuelta con una tapa enmantecada como si fuera una tortilla de papas (eso sí: tomando todas las precauciones para no quemarse). Escurra el almíbar en un plato sopero.
- Deslice nuevamente la tortilla en la sartén bien caliente (si hiciera falta, échele un poquito del almíbar escurrido) y, con la misma técnica, acaramélela del otro lado.
- Una vez “bien quemadita” de ambos lados, deslícela de la sartén a la fuente enmantecada donde la piensa servir.
- Espolvoréela con las grageas y deje enfriar bien.
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