Si a usted le gusta el ajo como a mí... ensaye esta guarnición para un churrasco o un buen asado
Elija cabezas de ajo bien firmes y lávelas con un cepillito para quitarles la tierra. Tome una cuchilla filosa no dentada... ¡y pártalas por la cintura en dos mitades! Colóquelas en una asadera, rocíelas con un hilo de aceite de oliva y cocínelas en el horno hasta que los dientitos se noten tiernos.
Sirva una mitad para cada comensal. Bastará clavar el tenedor en cada celdilla... ¡y ajo listo para saborear!
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