lunes, 23 de agosto de 2010

Pancitos Evelin


Harina, 300 gramos
Sal, 1 cucharadita (tamaño café)
Huevo, 1
Manteca fría, cortada en cuadraditos, 50 gramos
Levadura prensada, 30 gramos
Leche tibia, 1/3 de taza (más o menos)


1. Primero que nada, controlen que la leche que van a utilizar esté realmente tibia y no caliente. ¿La razón? Porque en ella tendrán que disolver la levadura prensada y la levadura prensad siempre debe disolverse en un medio tibio para que le den ganas de trabajar. Si la disuelven en un medio caliente, la destruyen; y los pancitos saldrán más pesados que... que... ¡qué una división con decimales! Comencemos entonces: Disuelvan la levadura en el 1/3 de leche tibia.

2. Ahora coloquen la harina sobre la mesa, en forma de anillo, y en el centro pongan la levadura disuelta, la manteca en daditos, la sal y el huevo.

3. Mezclen con la mano los ingredientes del centro, mientras van incorporando la harina hasta unir todo en un bollo. Y sigan amasándolo con todas sus fuerzas (agregándole un poco más de harina si se pegotea; (o un poquito más de leche si está muy duro) hasta obtener una masa tierna y lisita.

4. Enharinen bien la mesa (el palote también) y estiren la masa dándole forma rectangular y un espesor de ½ centímetro (más o menos...).

5. Para armar los pancitos, corten la masa en cuadrados de 12 centímetros de lado (o más grandes) y dóblenlos por la mitad, en un sentido. Luego dóblenlos por la mitad, en el sentido contrario: ¡como si estuvieran doblando pañuelos! Coloquen los pancitos sobre una placa en mantecada y olvídense de ellos hasta que limpien y ordenen la cocina.

6. ¿Ya dejaron la cocina impecable?... Entonces llamen a mamá con la voz más dulce que tengan, para que cocine los pancitos en horno bien caliente, hasta que estén panzones y doraditos. Al retirarlos del horno, si mamá quiere, pueden pintarlos con un poco de manteca... ¿imaginan lo deliciosos que quedan? ¡Ni la abuela podrá creer que los han hecho ustedes!


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