Y cada fanático
quiere tener la última palabra. Pero como bien dijo alguna vez Oscar Wilde: “Es mucho más difícil hablar de una cosa
que hacerla”. Por lo tanto, esta vez ni le voy a decir que me dieron una
receta distinta a todas, ni tampoco que me contaron el secreto para que cada
Strudel salga bien hojaldrado, ni que… ¿Lo hacemos? Prepare una masa uniendo 1
taza de harina con 1/3 de taza de líquido: mitad agua, mitad leche. Y amásela
sobre la mesa hasta obtener un bollito bien elástico, que dejará descansar
tapado sobre la mesa más o menos una hora para que tome suficiente elasticidad.
Así es, señora: ¡y nada de creer que en esta sección trabajamos con un equipo
de erratas! Esta masa NO LLEVA NI MANTECA, NI ACEITE, NI VINAGRE, NI NADA MAS
QUE LO QUE LE DIJE: harina, agua y leche. (“No
creemos sino lo que esperamos, ni esperamos sino lo que creemos” UNAMUNO). ¿Seguimos?
Tome el bollo de masa, apóyelo sobre un mantel enharinado y estírelo primero con
el palote y luego con los puños cerrados (o la punta de los dedos, lo mismo
da), hasta dejarla transparente como un papel de seda. Si los bordes quedaran más
gruesos, ¡córtelos y listo! (“Muerto el
perro, se acabó la rabia” LA PERRERA). Ahora, sí: preste mucha atención.
Derrita 100 gramos de manteca y unte con ella, generosamente, toda la masa
estirada. Luego extienda el relleno que prefiera (yo usé 3 manzanas cortadas en
rodajas transparentes, espolvoreadas con abundante azúcar, 1 taza de nueces
trituradas y un puñado de pasas sin semillas más un poco de canela) SÓLO SOBRE
1/3 DE LA SUPERFICIE DE LA MASA. Arrolle como si se tratara de un pionono y,
apenas llegue a la General Paz (donde se termina el relleno) ayúdese con el
mantel para hacerle dar al arrollado unas cuantas vueltas de masa simple. De
este modo, las capas exteriores del Strudel quedarán crocantes, como si fueran
hojaldradas. De otro modo, la humedad del relleno impediría totalmente este
efecto. Paso final: cortar en porciones sensatas, acomodarlas sobre una placa
enmantecada y enharinada y cocinar en HORNO MODERADO, para dar tiempo a que el
relleno se cocine y las capas de masa queden bien sequitas. ¿Qué sería de mi si
el Destino y el Club Náutico de Quilmes no hubiera puesto en mi camino toda la
generosidad de Hungría para contarle esta fórmula?
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