¿Volvemos a meternos en la cocina así me dejo de “babear”? Esta torta, hecha a la crisis de ahora, la inventé hace añares, hecha a la crisis de entonces. ¡Buenísima! Y la rescaté del tiempo gracias a que mi querida amiga María Angélica es mucho más ordenada que yo…
Bata 100 gramos de manteca (o margarina… ¡bah!) con 1 taza de azúcar. Luego agréguele 1 huevo (uno, nada más) y siga batiendo como pueda. Entonces, agréguele en forma alternada, 2 y ½ tazas de harina tamizada con 2 y ½ cucharaditas de polvo para hornear (¡o directamente 2 tazas y ½ de harina leudante!), 1 taza de leche, 100 gramos de polvo de “postre de vainilla” (la marca que más le guste) y ralladura de limón. Lo demás, como siempre: molde enmantecado y enharinado; y horno moderado hasta que la torta esté doradita, cocida y quiera escaparse de las paredes del molde.
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