jueves, 7 de octubre de 2010

Pastel de carne dietético




            No ponga esa cara si los colesteroles le hicieron la mala pasada de reunirse en manifestación en su último análisis. Búrlese de ellos comiendo la comida de siempre… ¡pero con trampa! ¿Para qué se inventaron las esposas inteligentes y hacendosas? Recorte este pedacito de diario y comience hoy la colección de recetas que, poquito a poco, le iré dando.


1)      Ponga en una sartén 300 gramos de carnaza de nalga picada sin nada de grasa (para ello, deberá contar con un carnicero de cabecera como Pedro o Luis…).
2)      Agréguele 300 gramos de cebolla picada finita, 1 morrón grande picado, 1 hoja de laurel, 1 cucharadita de ají molido, sal a gusto, 2 cubitos de caldo de verduras desmenuzados, y agua hasta sobrenadar 1 cm la carne (si tiene prohibido el caldo industrial, use en lugar de agua caldo de verduras “casero” y elimine los cubitos).
3)      Hierva todo hasta que el agua sobrenade sólo 3 milímetros.
4)      Agregue en la sartén 1 cucharadita de pimentón mezclado con 1 cucharada al ras de maicena, todo disuelto en ½ taza de agua.
5)      Agregue en la cacerola y revuelva hasta que el picadillo hierva y espese un poquito.
6)      Sazone con orégano (si lo pone antes, se oscurece) y lo que se le ocurra o pueda.
7)      Vierta en una fuente honda para horno y distribuya sobre el mismo clara de huevo picadito y pasas – si la dejan o le gustan - ¡Usted sabrá si puede comer aceitunas!
8)      Tape el picadillo con un puré hecho con partes iguales de papas hervidas y pisadas, queso crema y el condimento que le dejen.
9)      Gratine en horno bien caliente.


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