En muchos aspectos de mi vida soy
revolucionaria: “No creo en más revolución
que la interior, en la personal, en el culto de la verdad.” (UNAMUNO). Pero
en cuanto llega la víspera de Reyes soy totalmente tradicionalista. “La tradición es el progreso hereditario; y
en el progreso, si no es hereditario, no es progreso social.” (VÁZQUEZ DE
MELLA). No es que sea una detractora del progreso, (“El progreso es el hilo misterioso del laberinto humano. ”) pero desde
que inventé la fórmula de rosca para reyes que no necesita más de un tiempo de
levado, todos los años recurro a ella. ¿Se acuerda? Diluya 50 gramos de
levadura de cerveza en ½ taza de agua tibia y agréguele, en forma alternada,
todo lo que sigue: 4 huevos, 100 gramos de manteca blanda, la ralladura de 1 limón,
1 cucharada de agua de azahar, ¾ de taza de azúcar molida y la harina que
entre, hasta formar una masa elástica como usted ya sabe (que no se pegue ni a
los dedos ni al bol). Entonces amásela en forma de cilindro, únala formando una
rosca y húndale en algún lugar desconocido una sorpresa envuelta en papel
impermeable. Ponga la rosca en un molde en forma de anillo, enmantecado y
enharinado, píntela con huevo batido, salpíquela con granos de azúcar (azúcar en
terrones martillada), tápela y DÉJELA LEVAR POR ÚNICA VEZ. Lo demás lo hace el
horno. Recuerde que las masas de levadura que llevan mucha miga deben recibir
temperatura moderada para que no se arrebaten; y una vez cocidas, dorar a fuego
fuerte para evitar que se sequen demasiado. ¿Verdad que esta vez se animará y
cocinará la rosca de Reyes en casa? “El
miedo del peligro es diez mil veces más terrorífico que el peligro mismo.” (DEPOE)
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