1) Derrita en una
cacerola 3 cucharadas de manteca (o margarina sin
colesteroles…
¡bah!) y mézclele 3 cucharadas así de barrigonas de harina.
Mezcle hasta
obtener una pasta.
2) Agréguele de
golpe ½ litro de leche fría y revuelva con batidor de alambre (para que no se
formen grumos) hasta que la harina se disperse. Revuelva, revuelva y revuelva
hasta que la salsa hierva y espese.
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