1. El primer día de clase no es pesado. Por el contrario.
Es tan livianito… ¡que continuamente nos canta el estómago pensando en lo que estará cocinando mamá!
2. Las requeteabuelitas – o algunos señores de la
antigüedad – decían: “Mens sana in corpore sano”. Que quiere decir algo así
como: “Pancita llena para pensar mejor”.
3. Por eso mismo publicamos esta receta especialmente
para mamá: para que la haga hoy mismo. ¿Imaginaste algo más rico que un
panqueque? ¡Un panqueque de chocolate! Seguro que mamá se pondrá contentísima cuando le prestes ANTEOJITO.
4. Son tan fáciles que – si te esmeras – tú también podrás
aprender a hacerlos. Pon en un bol ¼ de taza (tamaño desayuno) de cacao dulce
junto con ¼ de harina común, 2 cucharadas gordas de azúcar y un huevo. Y bate
todo con un batidor de alambre, agregándole ¼ de taza de leche, hasta que se
haga una pasta lisita, sin grumos. Déjala descansar 15 minutos.
5. Luego haz los panqueques como siempre: calienta bien
una sartén chiquita y derrite en ella un poquito de manteca. Cuando la manteca
haga “Chrrrr”, echa un poco de pasta y, con la agarradera, toma la sartén y
muévela en forma circular para que la pasta se extienda bien. Deja cocinar
sobre el fuego, moviendo la sartén (como si estuvieras cepillando), hasta que
la superficie esté
sequita. Entonces, con una espátula (¡otra cosa que no tenga hoja ancha, no!)
deslízala por debajo del panqueque y dala vuelta enseguida sobre la sartén
(¡cuidado con el piso!). Deja cocinar unos segundos… ¡y listo! A medida que
hagas los panqueques, apílalos y espolvoréalos con azúcar molida. Luego…
¡rellénalos – o no – con lo que quieras!
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