Leche con manteca y harina forman la base de
una preparación a la que se suman huevo y queso rallado. La pasta, cortada en
bastoncitos, se cocina en agua hirviendo
y después se gratina.
INGREDIENTES
Leche,
1 taza
Sal,
1 cucharadita
Pimienta
y nuez moscada, a gusto
Manteca,
70 g
Harina,
1 taza
Huevos,
1
Queso
rallado, 1 taza
VARIOS
Salsa
blanca mediana, ½ litro
Crema
de leche, 100 g
Manteca
derretida, 25 g
Sal,
pimienta y nuez moscada, a gusto
Queso
rallado extra, para sazonar
PREPARACIÓN
1.
Coloque en la cacerola la leche, la manteca y la sal. En lugar de
manteca puede usar margarina, pero siempre en la proporción que indicamos con
respecto a la cantidad de leche.
2.
Ponga la cacerola sobre el fuego y, cuando rompa el hervor, agréguele
de golpe la harina y mezcle enérgicamente con una cuchara (como cuando hace
masa bomba…) hasta que se forme un bollo
pesadote que se desprenda de las paredes y del fondo de la cacerola.
3.
Vuelque el pegote en un bol y agréguele los huevos, de a uno por vez y
batiendo muy bien después de cada adición. Al agregar el primer huevo parecerá
que la masa se corta pero enseguida
volverá a unirse. Recién entonces, agregue otro huevo… y bata… y agregue otro…
y bata… etcétera.
4.
Mézclele la taza de queso rallado. Sazone a gusto con sal, pimienta y
nuez moscada. La nuez moscada da a estos ñoquis un saborcito muy especial. Pero
no exagere… Un exceso de este condimento no sólo puede
ser desagradable sino… ¡tóxico!
5.
Coloque la masa en una manga grande con boquilla ancha lisa (del
grosor que quiera hacer los ñoquis…). Si no tiene manga y boquilla adecuada (ni
vecina a quien pedírsela prestada), ingéniese arrancando la pasta de a
cucharaditas y viértalas en el agua hirviendo.
6.
Presione la manga sobre una cacerola que contenga agua hirviendo con
sal y, a medida que salga la masa por la boquilla, córtela en bastoncitos y
déjelos caer en el agua hirviendo, formando una tanda. (Moje el cuchillo cada
vez en el agua, para que la masa no se
pegotee y pueda resbalar fácilmente).
7.
A medida que flote una tanda de ñoquis, escúrralos y siga cocinando
otros. Mantenga la fuente a bañomaría para
que los ñoquis estén calentitos hasta el momento de salsearlos y llevarlos a la
mesa.
8.
Coloque los ñoquis en fuentes precalentadas, cúbralos con la salsa
blanca mezclada con la crema de leche y bien condimentada con sal, pimienta y
nuez moscada (pero si usted lo prefiere, aderece los ñoquis con la salsa que más le guste).
9.
Espolvoree los ñoquis con el queso rallado, rocíelos con la manteca
derretida, déles un golpe de horno para
gratinarlos.
10.
Ya gratinados lleve la fuente a la mesa. Eso sí: no se descuide con el
gratinado pues un exceso de horno fundirá el queso ¡y apelmazará esa obra de arte!
Secreto I
Cuando
agregue el primer huevo a la masa de ñoquis, esta parecerá cortada. No se desespere, bata enérgicamente y enseguida
recobrará su consistencia.
Secreto II
La
manteca conviene derretirla a bañomaría para
evitar que se queme y tome gusto
desagradable.
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