viernes, 30 de agosto de 2019
Tarta de zapallitos
¡Estamos en 2019! ¿Usted cree que a esta altura yo puedo cambiar? ¡Claro que quisiera cambiar! No en mis principios, ni en mis manías, ni en mi humor, ni en mi modo de ser, sino en la adquisición de nuevos hábitos. Por ejemplo: obligarme a ir, por lo menos, una vez al mes a la peluquería.
Cuando una está saturada de lavandina, detergente, olor a cebolla y los dedos teñidos de tanto pelar zapallitos de la zona, porque son más baratos… ¿no le dan ganas de arrojar bien alto el panqueque de la rutina y darlo vuelta sin pensar cómo caerá?
Si alguna vez usted tiene uno de esos arranques, voy a contarle lo que me pasó cierto día: entré decidida en la peluquería y pedí cambiarme el peinado. Pero en cuanto llegué a casa me di cuenta de que por dentro siempre sería la misma, entre la familia, ollas, sartenes, computadora, libros, plantas… ¡y zapallitos tiernos de la zona!
Ya estamos en el 2019… ¿A quién puede ocurrírsele que, a esta altura de la vida, yo tenga ganas de cambiar de verdad? Dice Anatole France: “Todos los cambios, aun los más ansiados, llevan consigo cierta melancolía, porque aquello que dejamos es una parte de nosotros mismos: debemos morir una vida para entrar en otra”. Y yo no quiero salir de la mía así que… ¡a seguir pelando zapallitos!
Tarta de zapallitos
1. Rehogue 1 cebolla picadísima en aceite.
2. Añada 1 kilo de zapallitos redondos cortados en tajadas finas y 2 cubitos de caldo desmenuzados.
3. Tape y cocine a fuego suave. Escurra para que suelten el jugo.
4. Colóquelos en un bol y mézcleles 1 taza de queso rallado y 4 huevos batidos.
5. Vierta sobre una tartera cubierta con un disco de masa (comprada o caserita).
6. Cocine hasta que el relleno esté firme y la masa doradita. Variante: puede hacerla también con zapallitos largos (zucchini).
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