Un día
cualquiera entré en un comercio de Bernal y una joven señora embarazada me
imploró (sin ponerse de rodillas pues su estado no se lo permitía) que
publicara nuevamente una torta que arriba parecía cubierta con “lemon cheese”.
Incapaz de
desilusionar a la señora diciéndole que mi único archivo es mi memoria, volví a
casa dispuesta a revolver papeles tratando de encontrar alguna fórmula
parecida. ¡Eureka! Siempre tengo un ángel generoso dispuesto a ayudarme. ¡Y la encontré!
Y es un budín riquísimo. Lo que no pude entender hasta ahora es por qué lleva
tanto tiempo de cocción… Le daré la receta para una budinera chica (16 cm de diámetro).
Y, si le gusta, ¡multiplique los ingredientes a su antojo! Pero recuerde… Todo aquello que se exagera, por lo mismo
se empequeñece (J.F. de Laharpe).
Ingredientes
Yemas, 2
Azúcar, 1 taza
Jugo de limón, colado, ¼ de taza
Ralladura de 1 limón
Leche, ¾ de taza
Harina, ¼ de taza
Claras batidas a nieve, 2
Crema chantillí, a gusto, para decorar (optativo)
Preparación
1. Bata las yemas con el azúcar, el jugo y la
ralladura de limón hasta que estén bien espumosas. (Dígale a su marido que esta
“antojada” de una batidora, así se cansa menos…).
2. Deje de batir y mézclele al “pasticcio” la leche.
3. Ahora empuñe el batidor de alambre (mi aliado
antigrumos) y mézclele la cantidad de harina indicada.
4. Agregue las claras a la preparación anterior y,
con el batidor de alambre, mézclelas suavemente. Debe resultar una crema
espumosa.
5. Vierta la espuma en una budinera enmantecada como
si le regalaran la manteca (pero sin enharinar).
6. Coloque agua hirviendo en un recipiente profundo
que pueda ir al horno, apoye en él la budinera y cocine el budín al bañomaría,
en horno moderado, aproximadamente una hora y media.
7. Si nota que la superficie se dora enseguida, cúbrala
con un trozo de papel manteca.
8. Cerciórese con una brochette de que el budín o
torta esté cocido.
9. Retírelo, despéguele los costados con un
cuchillito, déjelo entibiar e inviértalo directamente sobre la fuente donde lo
piensa servir. No retire el molde hasta que esté bien frio.
Nota: Puede ocurrir que al retirar el molde
el budín caiga perfecto: abajo se habrá precipitado un zócalo de bizcochuelo y
arriba, una deliciosa crema de limón. Pero a veces ocurre que parte de esa
crema queda adherida al molde. ¡En la cocina todo tiene arreglo!
Despéguela del
molde, distribúyala en forma pareja sobre el budín y alísela con la espátula para
obtener un revoque perfecto. Decore el budín a gusto con la crema chantillí y
algo “verde” para hacerlo más atractivo. (¡No, el loro, no!). O, si prefiere,
ofrezca la crema aparte. Recuerde siempre que (tratándose de chantillí) Una multitud no es compañía… (Bacon).
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