Ahora déjeme entrar en la cocina para explicarle los últimos bizcochos para “roer” en el recreo y convidar a todos los chicos, que inventé sin nada de gluten. ¿Lista? Bata 4 yemas con ½ cucharadita de esencia de vainilla, hasta que estén bien espesas. Entonces agréguele de a poquito, mientras continúa batiendo: 6 cucharadas gordas de almidón de mandioca, previamente tamizadas con ¼ de taza de azúcar. Aparte bata las 4 claras a punto de nieve y mézclele de a poquito 6 cucharadas de azúcar hasta incorporarlo todo y obtener un merengue duro. Finalmente una este merengue con el batido anterior… ¡y listo! Vierta la mezcla en un molde rectangular bien enmantecado y cocine a horno muy suave hasta que la torta esté cocida. Entonces desmóldela… ¡pero ni se le ocurra probarla! En cambio córtela en tiras del tamaño de los bizcochos que quiera hacer, acomódelas sobre placas limpias y vuélvalas a poner en horno muy suave hasta que se transformen en bizcochos bien pero bien sequitos. (Dé vuelta los bizcochos una vez durante el secado). Resultado: “El éxito justifica la acción” (Ovidio). ¡Crunch, crunch, crunch!
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