(lo más parecido a un turrón – por lo duro y rico -… sin que tenga parentesco alguno!)
INGREDIENTES
Huevos, 2
Harina común, cantidad necesaria
Aceite, para freír
Miel, 1 y ½ taza
Grajeas de colores (¡qué antigüedad!)
PREPARACIÓN
- Bata los 2 huevos hasta que estén así de espumosos (punto letra).
- Agréguele de a poco harina, mientras amasa con las manos hasta obtener una masa muy tierna (pero que no se pegotee).
- Tome pequeñas porciones y amáselas en tiritas como si fuera a hacer ñoquis para liliputienses.
- Corte cada tira en trocitos así de chiquititos… ¡pero no los moldee como cuando hace ñoquis! Déjelos a mitad de camino…
- Fría los trocitos de masa por tandas, en aceite bien caliente, hasta que estén bien doraditos (al freírse, aumentan de tamaño, por eso insisto en que los haga tamaño miseria).
- A medida que los fría, escúrralos sobre papel absorbente.
TERMINACIÓN
- Ponga la miel en una cacerolita y hágala hervir hasta que tome punto de “bolita blanda”.
- Ponga las pelotitas fritas en un bol y vierta sobre ellas la miel.
- Ligue con cuchara de madera y vierta en un molde en forma de anillo, bien enmantecado. Deje enfriar.
- Desmolde la rosca (el “turrón”… ¡bah!) sobre una fuente y salpique con las grajeas.
- Para servir, serruche cada porción con un cuchillito dentado como si se tratara, realmente, de un turrón.
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