Para esta semana conseguí una receta fabulosa de “Pfefferkuchen” o “Lebkuchen” de la cocina alemana, gracias a las explicaciones con ademanes que me dieran Maggie de Ninno y Marina (Maggie hablaba y Marina saboreaba mentalmente…). Con esta masa podrá darse el gusto de hacer esos corazones así de grandes y gorditos para decorar luego con glasé de distintos colores… ¡y llorar a gritos si a alguien se le ocurre comerlos! Tal vez la masa, estirada más finita, sirva para complacer también a Berta Moreau de Cenni (a) Tita que hace mucho pidió unas galletas de miel.
INGREDIENTES
Harina, 250 gramos
Azúcar, 150 gramos
Miel, 100 gramos
Clavo de olor en polvo, ¼ de cucharada
Canela en polvo, ½ cucharada
Anís en polvo, ¼ de cucharadita (Maggie nunca se lo pone…)
Nuez moscada rallada, ¼ de cucharadita
Polvo para hornear, 1 cucharadita y ¼
Manteca, 25 gramos
Agua, 50cc
Almíbar a punto de hilo flojo, para pintar
VARIOS
Glasé real de 1 clara
Agua, 2 cucharadas
Azúcar, 2 cucharadas
Glasé real de colores, para decorar, confites, granas y todos los chirimbolos que se le ocurran
PREPARACION
- Tamice la harina junto con la canela, el clavo, la nuez moscada, el anís y el polvo para hornear.
- Agregue la manteca cortada en trocitos (bien fría) y frote con las manos hasta que se deshaga en miguitas (la manteca, se entiende…). Coloque el granulado en un bol.
- Aparte, en una cacerolita, ponga el azúcar y el agua. Coloque sobre el fuego y revuelva con cuchara de madera hasta que el azúcar se disuelva.
- Agregue la miel y revuelva hasta que se mezcle bien con el almíbar.
- Vierta la mezcla, caliente, sobre la mezcla que esta en el bol.
- Una todo… ¡y ni se le vaya a ocurrir que a este pasticchio le falta harina! La verdad es que queda blandísimo. Pero hágame caso: ponga el bol en la heladera y olvídese hasta que la preparación esté bien fría. ¿Vio qué bárbaro? ¡Ahora sí que la mezcla tiene consistencia para ser amasada!
- Retire el bol de la heladera, despegue la masa y vuélquela sobre la mesa enharinada.
- Estírela – con el palote también enharinado – dejándola de 2 cm de espesor (si le gustan los corazones gordos) o menos (si le gustan flacos). Recorte la masa como se le antoje. Antes de cortar las piezas despegue la masa de la mesa con una espátula para facilitar el trabajo.
- Levante cada masita cuidadosamente con espátula y apóyelas sobre placas enmantecadas y enharinadas. Si alguna se deformó, ¡déle algunos cachetazos con la espátula y asunto concluído! Lo bueno de esta masa es que es tan maleable como la arcilla…
- Deje estacionar las masitas sobre las placas de un día para otro.
AL DÍA SIGUIENTE…
- Hornee las masitas en horno moderado hasta que se noten hinchaditas, cocidas y doradas.
- Al retirar las masitas del horno píntelas con abundante almíbar a punto de hilo flojo y déjelas orear bien antes de bañarlas.
PARA BAÑAR LOS CORAZONES
- Ponga las dos cucharadas de agua y las dos cucharadas de azúcar en una cacerolita y coloque sobre el fuego hasta que el almíbar se disuelva.
- Coloque el glasé real en un bol y agréguele de a poco el almíbar anterior hasta que el glasé tome la consistencia de un baño liviano “que corra por sí solo” (usted me entiende…).
- Bañe con este azucarado las masitas y apóyelas sobre rejillas para que se escurra el excedente de baño.
- Recién cuando el baño de azúcar esté seco, decore cada masita a gusto con el glasé real de distintos colores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario