Todos los años el mismo pedido: ¡un pan dulce fácil! Y aunque quiera darle otra receta, siempre vuelvo a la misma: aquella mezcla que usted puede hacer a la nochecita, para luego irse a dormir sin preocupaciones. La noche será el tiempo necesario para que la masa leve. Al otro día su trabajo será mínimo: agregarle las frutas, moldear los panes, dejarlos levar una vez solamente y hornearlos hasta que toda la casa huela a Navidad.
1) Disuelva 50 gramos de levadura prensada en ½ tazas de agua tibia.
2) Mézclela con 125 gramos de manteca blanda, 300 gramos de azúcar, la ralladura de ½ limón, unas gotas de agua de azahar, 2 cucharadas de extracto de malta, 1 cucharada de coñac y 4 huevos.
3) Ponga 1 kilo de harina sobre la mesa en forma de anillo.
4) Coloque en el centro la mezcla anterior y una todo agregando leche tibia en cantidad necesaria (de 1/3 de taza a ½ taza aproximadamente) hasta obtener un bollo.
5) Amase enérgicamente el bollo sobre la mesa hasta obtenerlo liso y elástico.
6) Coloque la masa en un bol grande, tápela… y olvídese de ella hasta el otro día.
7) Al día siguiente vuelque la masa sobre la mesa y mézclele de 500 a 750 gramos de la fruta abrillantada y fruta seca que desee: almendras, nueces, avellanas, cáscara de naranja abrillantada, cerezas al Marrasquino, pasas de uva de Corinto, pasas de uva sultanas, etc.
8) Divida la masa en dos bollos, déles forma de pan dulce y acomódelos en placas enmantecadas y enharinadas.
9) Hágales en la superficie un corte en forma de triángulo.
10) Tápelos con un lienzo liviano y déjelos en lugar tibio hasta que se hinchen bien.
11) Píntelos suavemente con huevo batido y cocínelos en horno caliente primero y moderado después, hasta que estén doraditos y color… color… ¡color de pan dulce!
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