Me lo enseñó a
hacer una vez un maestro pastelero de los de antes, de esos profesionales que
no tienen horario para trabajar ni para descansar. ¿Y sabe que me salió
formidable? Se lo cuento porque creo que es una fórmula bárbara para descargar
todo el stress del año… Yo solía hacérselo a Mamá, como a ella le gustaba: ¡con
las frutas enteras en lugar de picaditas!
Ingredientes
Esponja
Levadura prensada, 30 gramos (si pone 50 es lo
mismo…)
Azúcar, 1 cucharadita
Harina, 1 cucharada gorda
Agua tibia, ½ taza
Masa
Harina, ½ kilo (en principio) y cantidad extra para
después…
Leche, 2 cucharadas
Huevos, 6
Ralladura de 1 limón
Agua de azahar, 2 ó 3 gotas
Manteca blanda (como si hubiera estado al sol), 300
gramos
Azúcar, 200 gramos
Agua tibia, ½ taza
Sal, un poquitito así
Fruta abrillantada o glasé entera (cerezas, higos,
trozos de pera, etc), 250 gramos
Fruta seca entera: avellanas, nueces, piñones,
almendras, pistachos, 300 gramos
Preparación
Esponja
1.
Disuelva la levadura en el agua tibia
junto con el azúcar y la harina.
2.
Bata con un tenedor hasta que en la
superficie se formen globitos.
3.
Tape y deje en sitio tibio hasta que
todo se transforme en una “esponja”.
Masa
1.
Mezcle en un bol ½ kilo de harina con la
leche, 4 huevos, la ralladura de limón y el agua de azahar. Bata bien con la
mano para airear el engrudo. Cuando se canse… agréguele 2 huevos más, siempre
batiendo con la mano abierta (mientras piensa simultáneamente en el reumatólogo
y en el Ministro de Economía), los 300 gramos de manteca blanda añadidos de a
poquito, y el azúcar previamente disuelta en el agua tibia.
2.
Agregue a este espanto la “esponja de
levadura”, la sal y, mientras sigue batiendo con la mano abierta (ahora puede
hacerlo con la izquierda pensando, como Monseñor Laguna, que uno a veces se
cansa “del monopolio de la derecha…”), agréguele la harina necesaria como para
obtener un bollo que se desprenda fácilmente de los costados y fondo del bol y
no se pegotee a los dedos. Pero ojo… ¿eh? Eche la harina de a poco, pues la
masa debe resultar muy tierna.
3.
Vuelque la masa sobre la mesa enharinada
y amásela (ahora con las dos manos y la misma bronca) hasta obtenerla bien
elástica. Si quiere, levántela y estréllela sobre la mesa todas las veces que
sus vecinos lo soporten.
4.
Ponga la masa en un bol, píntele la
frente con manteca derretida, tápela con un polietileno y póngala a leudar en
sitio tibio (usted sabe…) hasta que duplique su volumen.
Final feliz
1.
Vuelque la masa leudada sobre la mesa
enharinada, aplástela dándole forma rectangular y cúbrala con las frutas
abrillantadas y secas (enteras). Arrolle la masa como si fuera un pionono e ingéniese
para amasarla de modo que las frutas se distribuyan en forma pareja.
2.
Dele al bollo forma de pan dulce y
colóquelo sobre una placa enmantecada y enharinada.
3.
Con una hojita de afeitar (¡qué
antigüedad!) o con un cortante (¡ejem!) haga en la frente del pan dulce 3 tajos
superficiales en forma de triángulo.
4.
Tape con polietileno y deje la placa en
sitio tibio hasta que el pan dulce se hinche bien (y usted también…).
5.
Cocine el pan dulce en horno caliente
primero (5 minutos) y moderado después hasta que la superficie comience a
dorarse.
6.
Sin sacarlo del horno (y sin quemarse)
píntelo con huevo batido y continúe la cocción hasta que esté brillante y toda
la casa huela a Navidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario