Si usted se ha propuesto hacer dieta el lunes, saltee esta nota pues, si se tienta, yo me sentiría cargada de culpa. En una de sus obras Shakespeare hace reflexionar así a uno de sus personajes: “El tentador o el tentado: ¿Quién es más culpable?”… No me conteste todavía. Relea la frase, póngase una mano sobre el corazón y conteste a esta pregunta escrita, por mí y en este siglo: “Comer un trozo de una excelente tarta de manzana; o abstenerse: ¿Qué la hace más feliz?” Decida usted…
- Tarta “a la Grela”
¿Quién diría que los números están reñidos con el arte de cocinar? Yo tengo un amigo en el piso más frecuentado del diario, que cocina como los ángeles (como los ángeles que saben cocinar…). Esta receta hace tanto tiempo que la hice que no sé a ciencia cierta, si me la donó gentilmente o si se la robé impensadamente. Pero como “nobleza obliga”, le puse el nombre que le puse. Usted puede bautizarla de nuevo. ¿Le gusta este? ¡Tarta para descansar! “No puede haber descanso placentero sin previa fatiga” (Aguilo). ¡Glup!
INGREDIENTES
Manzanas (del color que más le guste…), 4
Jugo de 1 limón
Ralladura de 1 limón
Manteca, 100 gramos
Azúcar, ½ taza y cantidad extra
Huevos, 3
Leche, 4 cucharadas
Harina, 220 gramos
Polvo para hornear, 3 cucharaditas
Manteca en trocitos, 30 gramos
VARIOS
Mermelada de damascos, duraznos o ciruela, 3 cucharadas
Azúcar, 2 cucharadas
Agua, 6 cucharadas
PREPARACION
- Pele las manzanas, frótelas con el jugo de limón y córtelas en tajaditas transparentes, desechando las semillas. Tape y reserve.
- Bata la manteca con la media taza de azúcar y la ralladura de limón, hasta obtener una crema.
- Agréguele los huevos, de a uno por vez, batiendo bien.
- Tamice la harina junto con el polvo para hornear.
- Agréguela al batido anterior, alternando con la leche.
- Extienda la mezcla en una tartera enmantecada y enharinada, de tamaño tal que la mezcla quede de un espesor de 1 cm.
- Revuelque las tajaditas de manzana por azúcar molido y cubra con ellas el batido, disponiéndolas en círculos concéntricos, lo más prolija y artísticamente posible, como si aspirara a trabajar en Utilísima.
- Salpique las manzanas con los trocitos de manteca.
- Cocine en horno caliente, apoyando primero la tartera unos minutos en el piso del horno (¡que no se le queme!) y pasándola luego a un estante central, hasta que esté cocida pero no seca.
- Retire la tarta del horno. ¡Y ni se le ocurra desmoldarla! (¿Qué culpa tengo yo si su marido no le compró todavía una linda tartera?).
- Ponga en una cacerolita la mermelada, las 2 cucharadas de azúcar y el agua. Revuelva con cuchara de madera sobre el fuego, hasta que el azúcar se disuelva. Espere a que la mezcla tome punto espesito. Tamice y, con esta mermelada reducida (¿qué otra cosa iba a ser sino?), pinte la superficie de la tarta. (¡Qué otro prepare el té!).
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