No ponga esa cara pensando en las berenjenas. En la actualidad pecaríamos de “antiguas” si las espolvoreamos con sal para “que suelten el sabor amargo”. Los cultivos han ido perfeccionándose de tal modo que, para bien de nuestra política esperanzada, la amargura de las berenjenas ha pasado a la historia.
Pues aquí tiene la propuesta de esta semana:
- Berenjenas rellenas
(anticolesterol)
1) Quítele el cabito a 4 berenjenas medianas, pártalas por la mitad a lo largo y póngalas a hervir en agua con sal hasta que la pulpa esté tierna. ¡Ojo, pues se cocinan enseguida!
2) Escúrralas cuidadosamente para que no se les rompa la cáscara y déjelas enfriar.
3) Una vez frías, quíteles la pulpa cuidadosamente con una cucharita (para no romperlas) dejándoles 1 cm adherido a la cáscara.
4) Pique la pulpa de berenjenas y mézclele 1 cebolla cruda picadísima, 3 cucharadas del queso que le permita su dieta y 1 huevo.
5) Sazone la mezcla con sal, pimienta, ají molido y orégano.
6) Rellene con esto las berenjenas y acomódelas en una placa aceitada.
7) Mezcle ahora en una cacerolita 1 taza de leche con 1 cucharada de harina o maicena y revuelva hasta que la harina o maicena se disuelvan.
8) Bata continuamente sobre el fuego, hasta que la preparación hierva y espese.
9) Retire y sazone a gusto con sal, nuez moscada y un chorrito de aceite.
10) Cubra con esta salsa blanca dietética el relleno de las berenjenas, espolvoréelas con pan rallado y gratine en el horno.
11) Una vez gratinadas, páselas a una fuente y decore el centro de cada una con 1 cucharada de puré de tomates bien caliente y bien sazonado.
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