¿Una solución “a dos puntas” para afrontar el invierno? Pasarse un largo rato al lado del fuego vigilando la cocción de un guisito simple (cuanto más lenta y prolongada sea la cocción, mejores serán los resultados); o poner dentro de la olla todas las calorías codiciadas para abrigarnos placenteramente. ¿Cuál elige…? “Adivina, si puedes; y elige, si te atreves…” (Corneille). ¡Glup!
· Gusito “a la chasseur”
1. Derrita 2 cucharadas de manteca y 1 de aceite y dore en esta mezcla 1 kilo de carnaza de ternera, bien desengrasada, cortada en cubitos. Agréguele 6 cebollitas de verdeo (parte verde solamente) bien picadita y 250 gramos de champiñones frescos chiquitos (o grandes, cortados en tajaditas).
2. Tape la cacerola, baje el fuego y espere a que los champiñones suelten el agüita que contienen. Espolvoréelos con 1 cucharada de harina, mezcle y mójelos con 1 taza de vino blanco seco y 1 taza de agua. Agregue en la cacerola 2 cubitos de caldo de verduras, desmenuzados, 1 hoja de laurel y 300 gramos de zanahorias “noisette”, cocidas.
3. Cocine a fuego mínimo (que la preparación apenas “borbotee”), echando de a ratos chorritos de agua, hasta que la carne esté tierna. Pruebe y rectifique – o no – el sazonamiento; mézclele 1 cucharada de perejil picadísimo y sirva con guarnición de papitas al natural espolvoreadas con perejil. (¡¡¡Otra vez!!!)
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