- Tome pequeñas porciones de la masa sobrante, amásela entre las manos “enmantecadas”, dándole forma de palitos largos.
- Recórtelos del mismo largo y coloque los “grisines”, espaciados entre sí, sobre placas espolvoreadas con sémola.
- Tápelos y déjelos en sitio tibio hasta que estén hinchaditos. Luego, cocínelos en horno caliente hasta que estén cocidos, sin dorar.
- Baje el fuego a mínimo y déjelos secar en el horno hasta que estén crujientes.
martes, 19 de junio de 2012
Unos ricos grisines
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