Trozos de bacalao que han perdido parte de su sal se preparan en una cazuela con una salsa de tomate con azafrán, y además papas y morrones en capas. Todo se hierve muy despacio.
Ingredientes
Bacalao de buena familia (si tiene ascendencia noruega, mejor…), ¾ kg
Aceite, 200 cc
Cebollas grandes, en rodajas, 2
Dientes de ajo, cortados en tiritas, 4
Tomates grandes y maduros, 3
Azafrán, 1 dedalito
Perejil picadísimo, 2 cucharadas
Morrones limpios y cortados en tiras gruesas, 4
Laurel, 1 hoja
Pimienta de molinillo, a gusto
Agua fría, abundante
Papas, 1 kg 
Preparación
- Ponga el bacalao, cortado en      trozos grandes, en una cacerola amplia y cúbralo con abundante agua. Déjelo      en remojo de un día para otro, renovándole dos veces el agua. El cambio de      agua (en abundancia) es fundamental para desalar el bacalao.
 - Al día siguiente escúrralo, quítele      el pellejo, espinas visibles, huesitos y todos los indeseables que le      salgan al paso. Recuerde que estamos limpiando pescado y que las espinas      pinchan.
 - Córtelo en cuadrados o trozos      respetables y reserve. No es necesario hacer cortes prolijos con cuchillo,      también se puede, simplemente, trozarlo con las manos.
 - Vierta el aceite en una      cacerola grande y, una vez caliente, saltee los ajos pelados y cortados en      tiritas. Agregue las rodajas de cebolla separadas en aros y rehóguelas hasta      que estén traslucidas. Mientras, ponga a hervir agua para pelar los      tomates.
 - Pele los tomates sumergiéndolos      unos segundos en agua hirviendo, píquelos, deseche las semillas y agréguelos      en la cacerola con todo su jugo. Los tomates frescos puede reemplazarlos      por igual cantidad de tomates envasados.
 - Agregue el azafrán, el perejil      picado y el laurel. Deje hervir despacito hasta que la salsa espese un      poco. Pruebe y, si fuera necesario, rectifique el sazonamiento a su gusto.      (No creo que haga falta sal… ¡pero si un poco de pimienta!). Manténgalo      sobre fuego mínimo mientras… Pele las papas y córtelas en rodajas finas.
 - Distribuya en una cazuela de      barro presentable a la mesa: una capa de salsa, una capa de bacalao, una      capa de papas, una capa de morrones, otra de salsa, etc. Ni se le ocurra      sazonar las papas. De esto se ocupara el bacalao. 
 - Alterne los ingredientes hasta      terminar con salsa. Las capas de papa pueden alternarse con capas de      garbanzos previamente remojados en abundante agua de un día para otro,      hervidos y escurridos. Por razones prácticas también puede echar mano a      una lata de garbanzos al natural, escurridos.
 - Tape la cacerola y deje hervir      despacito sobre fuego lento, moviéndola de vez en cuando pero sin      revolver, hasta que las papas estén tiernas. Si hiciera falta, eche      chorritos de agua o caldo caliente durante la cocción.
 - Sirva el guisito directamente      de la cazuela. Puede colocar sobre la mesa distintos potecitos con      diferentes condimentos para que cada comensal refuerce el sabor de su      cazuela: pimienta, orégano, pimentón picante, etc. 
 
Secreto I:
- Es necesario remojar el bacalao      en abundante agua y renovar esta una vez para eliminar su fuerte salazón. Aun      así, el pescado quedara tan saladito que no tendremos necesidad de agregar      sal al guiso. Téngalo en cuenta.
 
Secreto II:
- Para que las cebollas no se      doren, tape la cacerola mientras se rehogan. De este modo, soltarán su      jugo y tomarán la apariencia de hervidas.
 
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