lunes, 30 de abril de 2012

Bizcochitos ¡Crashhhhh!





Queso rallado, 100 gramos
Manteca, 100 gramos (blanda)
Harina, 100 gramos
Sal, un poquitito así
Pimienta (si la abuela puede...), un poquito más


1. Pongan sobre la mesa la manteca, el queso rallado, la harina, el poquitito de sal y el poquitito más de pimienta (si tienen que rallar queso, usen el rallador finito).

2. Con toda la fuerza que tengan, traten de unir todos los ingredientes sin agregarles ni un poquitito así de agua. El calor de las manos ablandará la manteca y, cuando quieran acordarse... ¡habrán obtenido un bollo pesado, compacto, tipo pelota de trapo lista para patear!

3. ¿Listo? Ahora enharinen bien la mesa y, con manos de ángel, estiren la masa (enharinando el palote también) hasta dejarla de medio centímetro de espesor.

4. Este paso es importantísimo: una vez estirada la masa, tomen una espátula y despeguen la masa de la mesa. Si no lo hacen, cuando corten los bizcochitos y quieran despegarlos... ¡más de uno se romperá!

5. Busquen ahora el cortapastas más chiquito que tenga mamá (3 centímetros de diámetro o un poquito más), o pídanle prestada a la abuela una copita de licor... o una tapita de vino... y recorten la masa en discos. Levanten los discos con una espátula.

6. ... Y acomódenlos sobre una placa forrada con dos o tres hojas de papel blanco (ese que usa papá para escribir a máquina, o el que usan en la pañadería para envolver la factura). Ni la placa ni el papel se enmantecan ni enharinan porque estos bizcochitos llevan bastante manteca. Amasen los recortes, estírenlos y sigan haciendo más bizcochitos.

7. Cuando los bizcochitos estén acomodados en las placas, cocínenlos en horno caliente de 7 a 10 minutos, hasta que estén sequitos y rubios. Para que resulten ricos, estos bizcochitos no deben dorarse. Una vez cocidos, déjenlos enfríar en la placa; y recién entonces, despéguenlos cuidadosamente. ¿Qué les dije? ¡¡Crashhhh!!!...






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