¿Mejor me meto en la cocina? La última salsita de champiñones que ensayé… ¡hizo desaparecer en un segundo los spaghetti de la fuente! (aunque Alejandra se la comía con cucharita…) ¡Nada de frituras! Ponga en una sartén 3 cebollitas de verdeo picadísimas, el líquido de un frasco de champiñones, ½ cubito de caldo de verduras, 1 hoja de laurel y ½ taza de vino blanco. En cuanto el “pasticchio” rompa el hervor, agréguele 150 gramos de jamón cocido cortado en finísima juliana y, al ratito, los champiñones cortados en tajaditas. Apenas el líquido comience a consumirse, échele 1 cucharadita de perejil picadísimo y 1 pote de crema de leche; y deje hervir despacito hasta que todo espese, pero no tanto. Eso sí: sazone a gusto con pimienta y… ¡Glup!
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