Por más que los diccionarios castizos insistan en registrar “pastaflora”… ¡yo seguiré dándole carta de ciudadanía argentina a un italianismo nombrándola así: “pastafrola”! Generalmente, para mi gusto personal, suelo hacerla con la masa dulce crocante que le expliqué tantas veces. Pero hoy, para complacer a más de una lectora “disidente”, las haré con una masa más esponjosa y gordita. En cuanto al nombre… ¡llámelas como quiera y saboréelas a sus anchas! Con cuanta sabiduría decía Bartrina: “¡Cuantos hombres hay felices/que no saben quien fue Dante!...”
- Pastafrola de damascos
INGREDIENTES
MASA
Yema, 1
Azúcar, 3 cucharadas
Manteca, 100 gramos
Ralladura de 1 limón
Harina leudante, 1 taza colmada
Leche, cantidad necesaria
CREMA PASTELERA
Huevos, 1
Yemas, 2
Azúcar, 4 cucharadas
Fécula de maíz, 1 cucharada
Leche, 2 tazas
Esencia de vainilla, 1 cucharadita
VARIOS
Damascos no muy maduros, ½ kilo
Mermelada reducida, para abrillantar
Chantilly, para acompañar (optativo)
Azúcar impalpable tamizado, 2 cucharadas
PREPARACION
MASA
- Ponga sobre la mesa la harina en forma de anillo.
- Bata en un bol la manteca con el azúcar, agréguele la ralladura de limón y la yema. Vuelque este “pasticchio” en el hueco de la harina y una todo rápidamente, agregando un poquito de leche fría. Debe quedar una masa tierna.
- Enmanteque una fuente rectangular de 28 cm por 16 cm aproximadamente; enharínela y fórrela con los 2/3 de la masa. Para que no caiga en la desesperación, pues esta masa es muy quebradiza… ¡no la estire con el palote! Aplástela apenas, colóquela dentro del molde y estírela allí con la puntita de los dedos enharinados, presionándola hasta forrar el molde en un espesor parejo… ¡hasta donde pueda!
CREMA PASTELERA
- Ponga en una cacerolita el huevo entero, las yemas, el azúcar, la fécula de maíz y la leche fría.
- Mezcle todo con un batidor de alambre y siga revolviendo con este sobre fuego fuerte, hasta que la preparación hierva y espese. Perfume con la esencia y enfríe.
ARMADO Y COCCION
- Retire el molde de la heladera y extienda sobre la mesa la crema pastelera fría. Alísela en forma pareja.
- Eche los damascos en agua hirviendo, pélelos, pártalos por la mitad y quíteles el carozo. Espolvoréelos con el azúcar impalpable.
- Distribuya las mitades de damascos bien alineados sobre la crema pastelera.
- Estire el resto de la masa dejándola fina y enharinando muy bien la mesa y el palote.
- Corte la masa en tiras y cubra los damascos con un enrejado. Si le sobra masa, péguele una tira todo alrededor para que quede más prolijo. Secreto para no caer en un ataque de histeria: levante las tiras apoyándolas sobre una espátula larga y angosta, bien enharinada. De este modo podrá manipularlas y deslizarlas sobre el relleno sin que se rompan.
- Cocine la preparación en horno caliente hasta que la masa esté doradita. Al retirarla, píntela con mermelada reducida.
- Sírvala fría, acompañando cada porción con un copete de chantilly.
Mermelada reducida: Ponga en una sartencita, 3 cucharadas de mermelada de damascos, 3 de azúcar y 3 de agua. Hierva, espese, cuele y… ¡listo!
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