Disfrútelo. ¡Pero ni se le ocurra pronunciarlo!
Su fama arranca desde los tiempos de María Antonieta quien – dicen los que saben – popularizó ese nuevo “entremet” dulce hecho entonces con un ingrediente inusual: la levadura. Otros le atribuyen el mérito de su difusión a Carême. Lo cierto es que es una antiquísima especialidad de la cocina alsaciana y que, cada vez que escribo su nombre, me llega un aluvión de cartas diciéndome que se escribe de otra manera… ¿Mi recomendación? ¡No sea tan puntillosa y hágalo!...
PREPARACION
- Disuelva 15 gramos de levadura prensada en 100 gramos de leche tibia, junto con 1 cucharadita de azúcar y 2 cucharadas de harina. Bata hasta que se formen globitos en la superficie de la mezcla. Tape con un polietileno y deje en sitio tibio hasta que la levadura fermente y todo parezca una espuma o una “esponja”.
- Ponga en un bol 250 gramos de harina, ½ cucharadita de sal, 3 cucharadas de azúcar, 2 huevos y la ralladura de 1 limón.
- Bata todos los ingredientes con la mano abierta (hágalo… ¡please! Es la mejor forma de airear la preparación… ¡y quedar pegoteada!) mientras le incorpora la levadura fermentada.
- Siga batiendo con ganas hasta que todo se convierta en un engrudo lisito e insoportable.
- Agréguele entonces, de a trocitos – mientras sigue batiendo – 80 gramos de manteca blanda. Siga, siga y siga cansándose hasta incorporarla toda y no se note ni un grumo.
- (Ya falta poco…). Así, batiendo, incorpórele 1 taza de pasas de uva sin semillas (y almendras fileteadas, si quiere…).
- Enmanteque y enharine una budinera chica de 18 cm de diámetro y alargue su altura (la de la budinera, se entiende…) fijándole alrededor una tira doble de papel manteca (o pergamino) enmantecada y enharinada, de modo que calce bien.
- Vierta la preparación en la budinera, tápela con un papel liviano apoyado en la boca del borde que alargo, y deje en sitio tibio hasta que la preparación sobrepase los limites de la budinera.
- Cocine en horno bien caliente hasta que la superficie este doradita y el nombre raro parezca que quisiera escaparse de las paredes del molde (½ hora aproximadamente).
- Retire, desmolde y ahogue – en caliente – con azúcar impalpable tamizado.
NOTA: Como variante, una vez frío puede cubrir el “Kugelhopf” con una capa finita de azucarado blanco y adherirle semillitas de amapola. Deje secar bien antes de cortar.
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