Especialidad húngara
Varias
capas de masa esponjosa y una delicada crema de chocolate. El toque final: la
cubierta de caramelo. ¡Irresistible!
Ingredientes
Masa
Yemas, 6
Azúcar,
250 gramos
Jugo de
limón, 2 cucharadas
Harina,
100 gramos
Fécula
de maíz, 50 gramos
Sal, un
poquitito así
Claras a
nieve, 6
Crema de chocolate
Chocolate,
150 gramos
Yemas, 4
Azúcar,
150 gramos
Crema de
leche, 100 gramos
Manteca,
300 gramos
Café
instantáneo, ½ cucharadita
Varios
Azúcar,
170 gramos
Nueces
molidas, 200 gramos
Azúcar
impalpable, cantidad necesaria
Tarteras
desarmables de 24 ó 25 cm de diámetro, 2
1. Para la masa: bata las yemas con el
azúcar y el jugo de limón hasta que estén espumosas.
2. Mézcleselas a la harina previamente
tamizada con la fécula y la sal.
3. Únale las claras a nieve y mezcle
con movimientos envolventes.
4. Enmanteque y enharine las dos
tarteras y vierta en ellas una capa fin del batido.
5. Cocine estos discos de masa en
horno caliente como si fuera a hacer piononos redondos.
6. Una vez cocidos pero no secos (3 ó
4 minutos) retírelos y desmóldelos sobre hojas de papel espolvoreadas con
azúcar impalpable tamizada.
7. Cocine del mismo modo el resto del
batido para obtener más discos.
8. Coloque un disco de masa sobre la
mesa. Reserve.
9. Ponga los 170 gramos de azúcar
(indicada en varios) en una sartencita. Mezcle sobre el fuego hasta que el
azúcar se funda y tome el punto de un caramelo clarito.
10.
Vierta el caramelo en el centro del disco de
masa y extiéndalo rápidamente con una espátula antes de que el caramelo se
endurezca.
11.
Enmanteque una cuchilla y rápidamente trace
sobre el caramelo tres o cuatro diámetros para marcar las porciones. Así será
fácil luego cortar la torta. Reserve este disco aparte (será la superficie de
la torta).
12.
Para la crema: corte el chocolate en trocitos
y derrítalos a bañomaría.
13.
Agréguele las yemas previamente batidas con el
azúcar y la crema.
14.
Siga
revolviendo continuamente la mezcla a bañomaría hasta que espese pero sin que
llegue a hervir. Retire y enfríe.
15.
Bata la manteca con el café instantáneo hasta
que esté bien cremosa.
16.
Agréguele, de a poquito la crema de chocolate
hecha anteriormente, batiendo muy bien luego de cada adición. Si la crema quedara
muy blanda, colóquela un rato en el freezer hasta que tome consistencia para
ser extendida.
17.
Para el armado y terminación: arme la torta
untando los discos de masa con 2/3 de la crema de chocolate y superponiéndolos
(menos el de caramelo). Reserve un poquito de la crema (ya verá por qué).
18.
Antes de untar el último disco, tome esta
especie de alfajor gigante, úntele los costados con un poquito de la crema
reservada y hágalo rodar por las nueces molidas.
19.
Acomode la torta sobre la fuente donde va a servirla.
Unte el último disco con el último resto de crema y corónela con el disco bañado
en caramelo que reservó.
20.
Mantenga la torta en la heladera hasta el
momento de servirla.
Como
muchas de las tortas de la repostería centroeuropea, la Dobos lleva el nombre
de su inventor. Uno de los más renombrados pasteleros de fines del siglo XIX,
el húngaro Jozsef C. Dobos, la creó a fines del 1800. La base de masa es
similar a la del pionono y generalmente lleva de seis a siete capas o discos
(la última cubierta con caramelo). Un año después de su creación, este clásico
de la repostería húngara fue presentado en la National General Exhibition of
Budapest donde tuvo gran aceptación. De ahí en adelante la fama de esta torta
fue creciendo. Con la llegada de los inmigrantes húngaros a nuestro país, la
receta comenzó a circular y pronto se convirtió en receta familiar.
Al
disolver el chocolate recuerde que el calor excesivo puede arruinar su
consistencia. Para evitar este inconveniente rállelo o córtelo en trocitos muy
pequeños y cuide que el agua del bañomaría no esté muy caliente. Cada tanto
retírelo del fuego y mézclelo suavemente para homogeneizarlo.
La Dobos
es una torta delicada que requiere mucho cuidado en su preparación. Uno de los
detalles más importantes es su cubierta de caramelo. La misma debe ser armada
prolijamente para obtener una terminación impecable. Uno de los secretos para
lograrlo es enmantecar ligeramente la espátula con la cual se esparcirá el
caramelo sobre el disco de masa superior, para que el mismo no se pegue al
metal. Otro detalle importante es no dejar pasar de punto el caramelo: debe
estar apenas rubio porque si se oscurece se tornará muy quebradizo y será
difícil trabajarlo. Para facilitar el corte de las porciones puede separar los
sectores del disco de caramelo y ubicarlos en forma de molinete. Apoye cada
sector sobre media nuez para darles una mejor presentación.
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