Se usa mucho como guarnición y se llama así al arroz cocido cuyos granos quedan sueltos y no apelmazados. El secreto para lograrlo así es poner, por ejemplo, 1 taza de arroz en un colador y lavarlo bajo el chorro de la canilla hasta que el agua salga transparente, señal de que se le ha desprendido todo el almidón. Luego, cocinarlo por hervido y, una vez a punto, colarlo y volverlo a “refrescar”, puesto en un colador, bajo el chorro de la canilla de agua fría… ¿Ensayamos preparando con él alguna rica ensalada?
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