Imagine que
va a Mar del Plata y quiere comprar una caja de alfajores. Imagínese también que
7.500 pesos no asustan actualmente a nadie. Ahora no imagine más: dentro de la
caja encontrara solamente 12 unidades. Y, según Pamela y María Gracia: “El que
come y no convida, ¡tiene un sapo en la barriga!”. He aquí la solución más
inteligente para una mujer adulta: aprender a hacer una masa de alfajores que
alcance para toda la familia y pueda aprenderse de memoria. Y por si esto fuera
poco… sin nada de huevo (sería bueno que las gallinas aprendieran a leer, para
que entendieran de una vez por todas que nadie es imprescindible sobre la
Tierra…).
Alfajores “Sí”
Tamice una taza de harina con 2 cucharadas
de azúcar impalpable. Agréguele 100 gramos de manteca cortada en trocitos y un
buen chorro de esencia de vainilla.
Amase hasta que el calor de las manos una
todos los ingredientes en un bollo liso.
Estire, corte medalloncitos, séquelos en
el horno (no necesitan dorarse), retírelos y escóndalos hasta que se enfríen. Finalmente
únalos de a dos con dulce de leche y, si quiere, hágales rodar los bordes por
coco rallado.
Y ahora sí, busque una caja bien grande
(que supere la docena) y dése el gusto de llenarla y que los suyos la vacíen rápidamente.
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