¿Quiere una nueva fórmula de bizcochitos para el mate? Spencer se apura a darme una respuesta: ”Un ser vivo se distingue de una cosa muerta por la multitud de cambios que a cada momento en él concurren”. ¡Vivamos, entonces! Tamice sobre la mesa 1 taza de harina, 2 cucharaditas de polvo para hornear y ½ cucharadita de sal. Luego agrégueles 50 gramos de manteca bien fría y córtela con dos cuchillos hasta convertirla en granitos. Finalmente, humedezca el granulado con el mínimo posible de leche fría y una todos los ingredientes en un bollo, sin amasar. Estire entonces la masa (de textura irregular) dejándola de ½ cm de espesor, corte en discos chiquitos, acomódelos en placas limpias y déjelos en la heladera ½ hora. Se cocinan en horno requetecaliente, hasta que estén suavemente dorados y al morderlos estallen en un sonoro: ¡Crack!
Versión 2:
Fabrique unos bizcochitos deliciosos para la hora del mate.
Mezcle crema chantilly sobrante y la harina leudante necesaria como para obtener una masa tiernita. Estire dejándola fina y córtela en círculos tamaño más bien chico. Entonces pinte la superficie de cada disco con un poco de leche, presiónelos contra azúcar molido para formarles una linda corteza y póngalos a cocinar así, “azúcar arriba”, en horno caliente. ¡Bárbaros!
No hay comentarios:
Publicar un comentario