Suiza
profunda
Ideal
para climas fríos y divertirse en grupo con familia y amigos.
Ingredientes
Vino blanco, tipo Rhin, ¼ litro
Diente de ajo, 1
Queso Emmenthal, 250g
Pan francés (en cubitos), c/n
Almidón de maíz, 2 cditas
Kirsch, 1 copita
Sal, pimienta negra y nuez moscada, a
gusto
Preparación
1. Tome una caquelón (así se llama en Suiza a la cazuela con mango que
se utiliza para hacer fondue). Pele el ajo y
frote con él el interior de la caquelón. Tire el ajo. Ralle con los
agujeritos grandes del rallador el queso Emmenthal (es ese de agujeros grandes
al que siempre llamamos Gruyère). Reserve. Disponga sobre la mesa, alrededor de
la caquelón los daditos de pan, cuidando que tengan algo de corteza en uno de
sus lados, para no perderlos al introducirlos en la salsa.
2. Distribuya también en la mesa los tenedores largos (uno por cada
comensal) y suficientes servilletitas de papel. Lleve la caquelón a la cocina,
vierta en la misma ¼ litro de vino blanco y caliente sobre la hornalla de la
cocina hasta que haga espumita pero sin que llegue a hervir.
3. Agregue el queso rallado, de a puñaditos y revuelva con cuchara de
madera formando un 8. Cuando un puñadito esté disperso, agregue otro puñadito.
Siga incorporando así todo el queso. Disuelva el almidón de maizena en una
copita de Kirsch (o vodka, o gin, o lo que tenga). Vierta el almidón así
disuelto en la caquelón y revuelva continuamente, esta vez hasta que la preparación
ligue, espese y se transforme en una salsa de locura.
4. Retire del fuego, condimente con sal, pimienta y nuez moscada y apoye
la caquelón en el calentadorcito que ya debería estar encendido en la mesa (y
los comensales ya ubicados alrededor de la misma). Recién entonces, deje que
cada uno, por turno, hunda un trocito de pan en la salsa, le dé un medio giro
al tenedor y lo lleve a la boca. ¡Glup!
Dificultad:
No
hay que apurar el queso, se derrite de a poquito.
Tip:
Si
no puede graduar la llama, ponga un disco difusor de calor entre el calentador
y la caquelón.