Olvidémonos por unos instantes de que existe el tuco, del mismo modo que hemos desterrado ya de nuestras mentes la existencia del puchero. "La necesidad - decía Cervantes - es el arte de sutilizar el ingenio". Por qué no nos acordamos de que existe la caballa en aceite o al natural? Consejo de amiga, para los demás llamémosla "atún". Que qué diferencia existe entre un atún y una caballa? La misma que entre un mártir y un fanático: "El mártir espera la muerte; el fanático corre a buscarla" (DIDEROT). Corra, entonces a buscar una lata de caballa, ábrala, escurra el contenido, quítele las escamas (pielcita gris) y el espinazo y desmenúcela. Por otra parte, haga una linda salsita de tomates con cebollita, ají y cuanto condimento encuentre a mano. Además, prepare 1/2 litro de salsa blanca espesa, ralle 1 taza de queso y hierva 1/2 kilo de los fideos que más le gusten. Entonces... manos a la obra! Mezcle el atún a la salsa de tomates y condimente con esto los fideos. Acto seguido acomódelos en una fuentecita honda que pueda ir al horno, mézclele la taza de queso rallado y cubra la superficie con la salsa blanca. Salpique con un poco más de queso y trocitos de manteca y meta en el horno para gratinar. Resultado: una pasta distinta y deliciosa donde la salsa blanca actúa como un manto piadoso, capaz de suavizar el menjunje más absurdo. Me cree? "Creer que se debe creer, es creer ya". Gracias!
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