¿Por qué las “mousses” van a limitarse al chocolate o al limón? Esta fórmula es ideal para contentar a todos los que están al borde del cafeísmo… y refrescarlos agradablemente. ¿Qué si es rico? Hay palabras que han caído en desuso: ¡requeteglupísimo!
1) Bata 3 yemas con 3 cucharadas de azúcar, hasta que estén bien esponjosas y el batido haga gló, gló, gló (de globitos).
2) Bata ahora las 3 claras a punto de nieve y – sin dejar de batir – vaya agregándole, de a poquito: 3 cucharadas de azúcar.
3) Siga batiendo hasta que el merengue haga picos duros.
4) Agregue 1 cucharada de café instantáneo al batido de yemas.
5) Únale 200 gramos de crema de leche.
6) Mézclele suavemente el merengue, vierta en copas y congele a frío máximo.
7) Sirva – si quiere – adornando cada copa con nueces picadas y un copo de crema chantilly perfumada al coñac.
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