Páginas

jueves, 23 de julio de 2015

Sorrentinos




Para hacer los sorrentinos olvídese que existen las masas para tallarines o ravioles. Ellos tienen su “pasta propia”. Yo conseguí la receta gracias a que mi querida amiga Diana Castelar se las ingenió para importármela ¡directamente desde Mar del Plata!




INGREDIENTES:


Harina 0000, ¼ kilo (harina sin preparar, harina refinada)
Aceite, 2 cucharadas
Sal, 1 cucharadita
Agua hirviendo, ½ taza


RELLENO:


Jamón cocido picadísimo, 1 taza (jamón York)
Queso mantecoso (o fresco o como quiera llamarlo) picado: 1 taza
Perejil picadísimo, 1 cucharada
Sal, pimienta y nuez moscada, a gusto (¡a no olvidarse de la nuez moscada!)
Huevo, 1


VARIOS:


Salsa de tomate, o tuco o la salsa que usted prefiera
Queso rallado, para espolvorear


Preparación


MASA


1. Ponga en un recipiente la harina y hágale un hueco central.


2. Coloque allí el aceite y la sal.


3. Vuelque el agua hirviendo sobre estos ingredientes de golpe (como si hiciera una versión libre de la masa bomba…)


4. Mezcle rápidamente (¡ni sueñe con que los ingredientes se van a unir así no más!) y vuelque sobre la mesa.


5. Ahora, sí: aunque se queme los deditos, amase los ingredientes hasta obtener un bollo blando y liso, similar a la masa para churros.


RELLENO


1. Mezcle el jamón cocido con el queso mantecoso picadito y el perejil.


2. Sazone a gusto con sal, pimienta y nuez moscada (no se olvide de este último ingrediente: ¡es esencial!)


ARMADO Y COCCIÓN


1. Tome una porción de la masa, amásela dándole forma cilíndrica y luego estírela formando un rectángulo, sobre la mesa enharinada y con el palote también enharinado, déjela tan finita como el strudel. Es decir, tan transparente (¡eh… tanto, tanto, no!...) “que pueda leerse a través de ella una carta de amor… ¡pero escrita con pincel y tienta china!”


2. Distribuya el relleno sobre la masa, en montoncitos espaciados entre sí, como si fuera a hacer ravioles (¿y qué son los sorrentinos, sino una especie de “ravioles redondos”?)


3. Tape el relleno con otra capa de masa estirada igualmente finita.


4. Y aquí viene el “quid” de esta especialidad: tome un pocillo de café (las tacitas no tienen los bordes filosos) y presione sobre cada montoncito de relleno, para cortar los sorrentinos. La tacita, al no tener filo (si es pudiente, cómprese un cortapastas especial para sorrentinos…), la obliga a presionar fuertemente, así los sorrentinos salen cortados y con los bordes perfectamente sellados. (Pero le confieso: como yo soy maniática y un poco desconfiada, aun cuando corto así los sorrentinos igual les aprieto los bordes, uno por uno, por si acaso…)


5. Una vez armados todos los sorrentinos (mejor tenga pocos invitados a comer, si no le llevará parte de su juventud hacerlos) échelos por tandas en abundante agua hirviendo salada.

6. Espere a que floten, pruebe uno para controlar la cocción (no deben quedar ni duros, ni pegajosos) y vaya distribuyéndolos en fuentes sin encimar. Manténgalos al calor del horno mínimo o del baño María.


7. Una vez hervidos, espolvoréelos con abundante queso rallado y sírvalos con salsa de tomate o la salsa de su preferencia. ¡GLUP!"



No hay comentarios:

Publicar un comentario