¿Todavía no le conté
el último postre ultra-rápido de café que
inventé? Bata 2 yemas con 4 cucharadas de azúcar
hasta que se inflen bien; entonces agrégueles 2 cucharadas de café instantáneo diluídas en 6 cucharadas de leche hirviendo más 200 gramos de crema de
leche batida espesa y las 2 claras a nieve. Vierta en un molde y coloque en el
freezer hasta que esté firme. Retírelo del
mismo ½ hora antes de servir y, entonces, desmóldelo en un plato y cúbrale la
superficie con este praliné de economía de guerra: 2 cucharadas de azúcar fundida
a punto de caramelo, más 2 nueces peladas y
trituradas (¡qué miseria!). ¿Hace
falta, acaso, gastar más para guardar las apariencias? ¡Glup!
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