Cambiemos de tema. ¿Usted quería que le recordara esa “crema de banana” hecha solamente con un ingrediente? Facilísima y sorprendente: pele una banana, frótela con limón y olvídela en el freezer hasta el día siguiente. Al otro día, córtela en trozos, póngala en la procesadora y váyase a hacer las compras. Cuando regrese… Surprise! La banana se habrá transformado en una crema sorprendente, que sólo tendrá que endulzar a gusto. Con recetas como esta… ¿qué goloso le teme al colesterol? ¡Glup!
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