1. Pon en una cacerola 1 lata de leche condensada y 3 ó 4 barras de chocolate.
2. Coloca sobre el fuego y revuelve y revuelve y revuelve hasta que la leche esté color chocolate y tan espesita que, al removerla con la cuchara, pueda verse el fondo de la cacerola.
3. Retira del fuego y agrega de a poco copos de cereales (da lo mismo de trigo, de maíz o de arroz), revolviendo hasta obtener una pasta espesa pero húmeda, que se pueda separar por cucharaditas sin que se derrumbe.
4. Fijáte: debe quedar espesa como las “cachavachitas” que hicimos un día, ¿recuerdas?
5. Distribuye la mezcla por cucharaditas sobre un papel blanco, como si cada una fuera un copito de nieve achocolatado. Deja enfriar.
6. Por último, toma cada copito entre las manos limpias, dale buena forma (una vez frías se moldean como plastilina) y si quieres hacerlos de lujo preséntalos puestos en pirotines. ¿Alguna vez comiste bombones más fáciles y deliciosos?
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