Ajustarse en las compras no es la única forma de cuidar la economía familiar. Además de ciertas reglas en el súper, ayuda la imaginación en la cocina. Consejos de Blanca Cotta y otras expertas.
Caminar mucho, consultar y comparar precios. Esas son algunas de las recomendaciones que dan las ligas de consumidores para hacer las compras de aquí en más. También aconsejan llevar la listita al supermercado y seguirla al pie de la letra. La idea es poner en el changuito sólo lo necesario y no tentarse con otros productos, aún cuando estén en oferta.
Esta semana las entidades que defienden los derechos de los consumidores denunciaron aumentos de precios. Y las cadenas de supermercados reaccionaron: unos prometen no remarcar; otros, vender con los precios más bajos o, si no, devolver la diferencia, y también está aquel que ofrece una canasta familiar de 20 productos a 9,90 pesos. Algunos pequeños comerciantes, por su parte, aseguran que no tocaron los precios. Habrá que ver.
Dicen las señoras de la Liga de Amas de casa: "Comprar es un arte que lleva su tiempo y su debida atención. Comprar de manera compulsiva e improvisada es comprar mal y caro".
También hay que usar mucho la imaginación. Incluso para cocinar, porque no es fácil pensar a diario qué darle de comer a toda la familia sin gastar mucho. Y, además, procurando que sea un plato rico y nutritivo. Pero a no desesperar, las entidades de consumidores aseguran que una familia puede comer por pocos pesos. Aquí van algunas sugerencias.
ARROLLADO DE CARNE
La inconfundible Blanca Cotta creó miles de exquisiteces. Y entre sus platos hay propuestas accesibles para todos los bolsillos. La ecómoma publicó el libro Recetas para llegar a fin de mes. Aquí van algunas, como la de este tentador pastel de carne.
Mezcle en un bol 1 kilo de carne picada, 1 taza de cebolla picada, 2 cucharadas de queso rallado, 1 cucharada de perejil, media taza de miga de pan remojada en agua, 50 gramos de aceitunas verdes en tajadas, 2 dientes de ajo triturado y 1 cucharadita de ají molido. Sazone con sal, pimienta y nuez moscada. Ligue con 2 huevos.
Espolvoree un papel de cocina con pan rallado, vuelque la mezcla de carne y extiéndala con una espátula dándole forma rectangular. Haga un puré con un kilo de papas y mézclelo con cuadraditos de morrón rojo y verde. Una vez frío, extiéndalo sobre la carne. Enrolle la carne envolviendo el puré y envuelva el arrollado con papel enmantecado, ate con piolín y póngalo en una asadera. Cubra con agua, rocíe con aceite y cocine en el horno hasta que el papel esté dorado y el agua, consumida.
GRATIN DE LO QUE VENGA
Mezcle en un bol los fideos o tallarines que sobraron del mediodía. Juéguese y compre 100 gramos de paleta o jamón cocido, córtelo y agréguele lo que encuentre de queso rallado y trocitos de queso fresco. Ligue todo con una salsa blanca liviana. Espolvoree con pan rallado mezclado con el poquito de queso que le prestó la vecina y gratine en horno bien caliente.
CROQUETAS DE LO QUE PUEDA
Arrase con todos los restos cocidos que encuentre en la heladera (se aceptan restos de arroz, papas u otras verduras y también fiambre, pollo, asado). Procéselos y mida por tazas. Por cada taza de elementos sólidos mézcleles media taza de salsa blanca tipo pegote. Ligue todo con un huevo. Moldee las croquetas rebozándolas por harina, huevos batidos y finalmente por pan rallado. Déjelas en la heladera todo el tiempo que pueda. Luego deles un golpe de fritura y sirva con tomate o lechuga, que es lo más barato que tendrá a mano.
TORTILLA DE LO QUE PUEDA
Fíjese si sobró algo en la heladera, píquelo, sazone con cebollita, ajo y los condimentos que más le gusten. Ligue todo con huevos batidos. Vierta aceite en una sartén, caliéntelo al máximo y eche el menjunje. Cocine de los dos lados.
RAVIOLES SIN PANZA
Lave bien un paquete de acelgas. Procese las hojas hasta que parezcan perejil picado. Póngalas en un bol, sazónelas con sal y pimienta, y agrégueles dos huevos y media taza de queso rallado. Incorpóreles de a poco harina leudante hasta unir todo en un bollo que no se pegotee en los dedos. Siga amasándolo sobre la mesa, agregándole más harina si hace falta. Tápelo y déjelo descansar media hora. Estire la masa por partes dejándola de 2 milímetros de espesor sobre hojas de papel enharinadas. Marque con el marcador de ravioles y sepárelos con la ruedita. Cocínelos en agua con sal y escúrralos.
Mientras, prepare la salsa: ponga a hervir el contenido de dos latas de tomates picaditos, más una hoja de laurel, tres cubitos de verduras desmenuzados, tres dientes de ajo triturados y media taza de agua. Cuando la salsita espese vuélquela sobre los ravioles. Nota: las pencas de la acelga puede blanquearlas cinco minutos en agua hirviendo con sal, escurrirlas, unirlas de a dos con queso fresco en el centro, hacerlas a la milanesa, freírlas y ...¡glup!
HELADO DE DULCE DE LECHE
Disuelva sobre el fuego suave un pote de dulce de leche de repostería. Ponga leche en el pote y mezcle con el dulce. Vierta en un molde y congele. Desmolde, corte en trocitos y procese hasta lograr una crema esponjosa. Vuelva al molde y al congelador... hasta que los chicos lo descubran.
Esta semana las entidades que defienden los derechos de los consumidores denunciaron aumentos de precios. Y las cadenas de supermercados reaccionaron: unos prometen no remarcar; otros, vender con los precios más bajos o, si no, devolver la diferencia, y también está aquel que ofrece una canasta familiar de 20 productos a 9,90 pesos. Algunos pequeños comerciantes, por su parte, aseguran que no tocaron los precios. Habrá que ver.
Dicen las señoras de la Liga de Amas de casa: "Comprar es un arte que lleva su tiempo y su debida atención. Comprar de manera compulsiva e improvisada es comprar mal y caro".
También hay que usar mucho la imaginación. Incluso para cocinar, porque no es fácil pensar a diario qué darle de comer a toda la familia sin gastar mucho. Y, además, procurando que sea un plato rico y nutritivo. Pero a no desesperar, las entidades de consumidores aseguran que una familia puede comer por pocos pesos. Aquí van algunas sugerencias.
ARROLLADO DE CARNE
La inconfundible Blanca Cotta creó miles de exquisiteces. Y entre sus platos hay propuestas accesibles para todos los bolsillos. La ecómoma publicó el libro Recetas para llegar a fin de mes. Aquí van algunas, como la de este tentador pastel de carne.
Mezcle en un bol 1 kilo de carne picada, 1 taza de cebolla picada, 2 cucharadas de queso rallado, 1 cucharada de perejil, media taza de miga de pan remojada en agua, 50 gramos de aceitunas verdes en tajadas, 2 dientes de ajo triturado y 1 cucharadita de ají molido. Sazone con sal, pimienta y nuez moscada. Ligue con 2 huevos.
Espolvoree un papel de cocina con pan rallado, vuelque la mezcla de carne y extiéndala con una espátula dándole forma rectangular. Haga un puré con un kilo de papas y mézclelo con cuadraditos de morrón rojo y verde. Una vez frío, extiéndalo sobre la carne. Enrolle la carne envolviendo el puré y envuelva el arrollado con papel enmantecado, ate con piolín y póngalo en una asadera. Cubra con agua, rocíe con aceite y cocine en el horno hasta que el papel esté dorado y el agua, consumida.
GRATIN DE LO QUE VENGA
Mezcle en un bol los fideos o tallarines que sobraron del mediodía. Juéguese y compre 100 gramos de paleta o jamón cocido, córtelo y agréguele lo que encuentre de queso rallado y trocitos de queso fresco. Ligue todo con una salsa blanca liviana. Espolvoree con pan rallado mezclado con el poquito de queso que le prestó la vecina y gratine en horno bien caliente.
CROQUETAS DE LO QUE PUEDA
Arrase con todos los restos cocidos que encuentre en la heladera (se aceptan restos de arroz, papas u otras verduras y también fiambre, pollo, asado). Procéselos y mida por tazas. Por cada taza de elementos sólidos mézcleles media taza de salsa blanca tipo pegote. Ligue todo con un huevo. Moldee las croquetas rebozándolas por harina, huevos batidos y finalmente por pan rallado. Déjelas en la heladera todo el tiempo que pueda. Luego deles un golpe de fritura y sirva con tomate o lechuga, que es lo más barato que tendrá a mano.
TORTILLA DE LO QUE PUEDA
Fíjese si sobró algo en la heladera, píquelo, sazone con cebollita, ajo y los condimentos que más le gusten. Ligue todo con huevos batidos. Vierta aceite en una sartén, caliéntelo al máximo y eche el menjunje. Cocine de los dos lados.
RAVIOLES SIN PANZA
Lave bien un paquete de acelgas. Procese las hojas hasta que parezcan perejil picado. Póngalas en un bol, sazónelas con sal y pimienta, y agrégueles dos huevos y media taza de queso rallado. Incorpóreles de a poco harina leudante hasta unir todo en un bollo que no se pegotee en los dedos. Siga amasándolo sobre la mesa, agregándole más harina si hace falta. Tápelo y déjelo descansar media hora. Estire la masa por partes dejándola de 2 milímetros de espesor sobre hojas de papel enharinadas. Marque con el marcador de ravioles y sepárelos con la ruedita. Cocínelos en agua con sal y escúrralos.
Mientras, prepare la salsa: ponga a hervir el contenido de dos latas de tomates picaditos, más una hoja de laurel, tres cubitos de verduras desmenuzados, tres dientes de ajo triturados y media taza de agua. Cuando la salsita espese vuélquela sobre los ravioles. Nota: las pencas de la acelga puede blanquearlas cinco minutos en agua hirviendo con sal, escurrirlas, unirlas de a dos con queso fresco en el centro, hacerlas a la milanesa, freírlas y ...¡glup!
HELADO DE DULCE DE LECHE
Disuelva sobre el fuego suave un pote de dulce de leche de repostería. Ponga leche en el pote y mezcle con el dulce. Vierta en un molde y congele. Desmolde, corte en trocitos y procese hasta lograr una crema esponjosa. Vuelva al molde y al congelador... hasta que los chicos lo descubran.
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